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FELIPE F. RAMOS g) El hombre es sufuturo Mediante esta forma de entender las cosas, el hombre puede pre­ ver y preparar su futuro. Así se encuentra más a su gusto, si tenemos en cuenta que el creciente desarrollo de la ciencia y de la técnica le han dado una mayor seguridad sobre sí mismo. El futuro es ahora más seguro. Antes estaba totalmente en manos de Dios o del destino; el futuro le era totalmente desconocido y el hombre lo esperaba aunque fuese siempre con incertidumbre. La expectativa y la preparación del futuro constituyen el aconte­ cimiento más auténtico de toda forma de vida y el hombre es hombre en cuanto que es futuro. La pregunta sobre el futuro es el problema religioso del hombre técnico moderno. La insistencia en poder pre­ pararlo en el momento presente, mediante la acentuación de todo aquello que es determinante del mismo, inspirará la confianza en el futuro que busca hoy más que nunca el hombre. Así se expresa Teil­ hard de Chardin. 4Q) El l en g u a je a po c a líptic o Una de las razones para enviar el tema de la evaluación del hom­ bre o del juicio divino al terreno de lo mitológico-inexistente ha sido la interpretación servilmente literal de las descripciones del mismo. El “celo” desmesurado por la fidelidad al texto bíblico, la herejía del literalismo, lo ha destruido una vez más. Las imágenes descriptivas del juicio deben ser entendidas como tales imágenes. No hacerlo así equivale a cometer una grave injusticia con el texto bíblico, obligán­ dole a decir algo que en modo alguno pretende afirmar. Las imágenes hablan de una manera intuitiva y plástica sobre una realidad difícil­ mente imaginable. Son imágenes apocalípticas frecuentes en la época del NT. 288 NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 267-338, ISSN: 0470-3790

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