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VIDA CRISTIANA Y EXISTENCIA ESCATOLOGICA en el conocimiento de Dios , y en la impenetrabilidad de su misterio oculto. Su “visión” no le despojará de su inaccesibilidad (lTm 6.16). Del conjunto de todas las reflexiones anteriores se deduce que puede hablarse de la vida eterna en el presente, aunque sea una rea­ lidad futura; es futuro y presencia, misterio de la fe que será revelado y que actualmente se manifiesta en la fe y en las obras. Entre los sen­ deros y vericuetos plagados de sorpresas y de dificultades insalvables se halla el rodeo de la mística. Es la mejor presencialización de la vida eterna. Sólo quien puede decir.- “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en m í” (Ga 2,20) o quien puede escuchar que “el Hijo, en el que creemos, es laplena manifestación del Padre o de la vida eterna ” (fn 14,10-11) o quien se decida a esperar como verdaderas las palabras de Jesús en su oración al Padre: “Quiero que estén donde yo voy a es­ tar. .. para que vean mi gloria ” Qn 17,24), sólo él verá con claridad ya en este mundo la vida eterna con la visión “experiencial” o “vivencial” que supera toda certeza. B l b lio g r a f ía A. GIUDICI, Escatología , en “Nuevo Diccionario de Teología”. I, Ma­ drid, Cristiandad, 1982: F. FERNÁNDEZ RAMOS, Escatología Existencial (El Cuarto Evangelio), en Salmanticensis 23(1976) 163 - 216 . H. CULLMANN, Inmortalidad del alma o reswrección de los muertos , Madrid, Studium, 1970. G. BORNKAMM,/£sws de Nazaret, Salamanca, Sígueme, 1975. J. J. TAMAYO, Para comprender la escatología cristiana , Estella (Na­ varra), Verbo Divino, 1993. NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 267-338, ISSN: 0470-3790 279

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