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ÁNGEL GALINDO 4.12. S a lid a s h a c i a l a e s p e ra n z a 80 La vida del hombre es esencialmente proyecto de futuro y cami­ no de esperanza. Los cauces de moralización de la sociedad con sus raíces evangélicas pueden sintetizarse en: llevar una vida digna del evangelio de Cristo; mantenerse firmes en el mismo espíritu; luchar sin temor y unidos fielmente como un solo hombre; mantenerse en el mismo amor; y valorar cuanto hay de verdadero, noble, justo, puro, amable, honorable, todo cuanto sea virtud y digno de elogio. Las salidas hacia la esperanza se abren cuando juntos en la ver­ dad se camina con los prójimos compartiendo la misma historia de inseguridades, riesgos y oscuridades. Así, “los cristianos, con esperan­ zada certidumbre, caminan en la verdad (Cf.3Jn.4) hacia el térmi­ no de la peregrinación, a la vez que comparten con sus prójimos” la historia y el destino común de la humanidad81. Este proyecto esperanzador responde al ideal ilustrado de la fraternidad que hoy con frecuencia suele denominarse ‘solidaridad’, ya que una actitud solidaria consiste en ponerse en lugar del otro, mantenerse en el mismo espíritu, en asumir que su problema podría haber sido mi problema, en valorar la verdad, la nobleza del otro y en consecuencia que “lo humano es compartirlas ventajas naturales azarosamente recibidas con aquellos que han tenido menosfortuna en el mismo reparto ”. En definitiva, Dios aparece como el futuro de nuestra historia que impulsa a la solidaridad y a la preocupación por la humanidad frente a una sociedad en la que “se da también una concepción de la idea y de la existencia de libertad concebida no como la capacidad de 80 La encíclica Spe Salvi del papa Benedicto XVI propone la esperanza como horizonte de sentido y camino de realización personal del hombre, de manera que cuando el ser humano pone su esperanza en las cosas materiales “se elimina de la historia la esperanza cristiana, que no obstante es un poderoso recurso social al ser­ vicio del desarrollo integral, en la libertad y en la política “(CV 34, SS 17). 81 Cf BENEDICTO XVI, Caritas in veritate, Capítulo V, La colaboración de la familia humana, nn 53 ss. 260 NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 203-265, ISSN: 0470-3790

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