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ÁNGEL GALINDO capitalismo -la empresa capitalista-, precisamente, ha ido edificándo se en el curso de los últimos tres siglos sobre el principio de jerarquía. Así ha tomado cuerpo un sistema de producción en el que existe una estructura centralizada a la que un cierto número de individuos ce den, voluntariamente, a cambio de un precio (el salario), algunos de sus bienes y servicios, que una vez que han entrado en la empresa escapan al control de quienes los han aportado. El segundo aspecto mira a la insatisfacción, cada vez más exten dida, sobre el modo de interpretar el principio de libertad27. Como es sabido, tres son las dimensiones constitutivas de la libertad: la autono mía, la inmunidad, la capacitación. La autonomía habla de la libertad de elección: no se es libre, si no se está en condiciones de elegir. La inmunidad habla, en cambio, de la ausencia de coacción que venga de cualquier agente externo. La capacitación, (literalmente: ¡capaci dad de acción!), por último, habla de la capacidad de conseguir los objetivos, al menos en alguna medida, que el sujeto se plantea. No se es libre si nunca (o al menos en parte) se consigue alcanzar el propio nivel de vida. Pues bien, mientras que la aproximación liberal-librecambista sirve para asegurar la primera y la segunda dimensión de la liber tad a costa de la tercera, la aproximación estatal-centralista, sea en la versión de la economía mixta o en la del socialismo de mercado, tiende a privilegiar la segunda y la tercera dimensión a costa de la primera. Aunque el librecambismo es capaz de hacer con regularidad el cambio, por otra parte, no es capaz de gestionar las consecuencias negativas del mismo, debidas a la elevada asimetría temporal entre la distribución de los costes del cambio y la de los beneficios. Los primeros son inmediatos y tienden a recaer sobre los segmentos más desprovistos de la población; los segundos se verifican después de un tiempo y van a beneficiar a los sujetos con mayor talento. Por otra par te, el socialismo de mercado -en sus muchas versiones- se propone 27 S. ZAMAGNI, Finanzas, racionalidad y Bien Común en Caritas in veritate, en Boletín de Doctrina Social de la Iglesia 1 (2009) 3, 107ss. 222 NAT. GRACIA LVII 2/mayo-agosto, 2010, 203-265, ISSN: 0470-3790
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