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ACTOS LÓGICO-LINGÜÍSTICOS MEDIEVALES. existirpor sí mismas; pero entonces es indudable que existenpor aquel mismo y sólo del cual tienen lapropiedad de existirpor sí mismos... en cuanto a una existencia por mutua comunicación, no hay ningún principio que permita admitirlo, porque sería contradictorio que una cosa recibiese el ser de aquella a la cual ella se lo da, y las relaciones mismas no se crean a sí mutuamente 16. Lo anterior puede sintetizarse: ‘ todo lo que existe, existe por algo o por nada. La segunda posición es absurda; así pues, todo lo que existe, existepor algo. Eso significa que todas las cosas existentes exis­ ten, o la una por la otra o por sí mismas o por una causa de exis­ tencia. Pero las dos primeras opciones son impensables: la primera porque es un absurdo recibir el serprecisamente de aquél a quien se le otorga; y la segunda por la contradicción de una pluralidad de causas incausadas, como lo sería una serie infinita consumada. Por tanto, sólo existe una sola causa incausada’. Y así, la existencia de una causa incausada da seguridad al deseo de absoluto y rechaza la frustrante regresión al infinito. Llegar al “mayor” del cual no hay otro, implica que dicho “mayor” es igual al summum. Anselmo concluye: "... solamente ella existe por sí misma, pero todo lo que existe por otro es menor que la causa que ha producido todos los seres y que existe por sí misma. Por lo cual, lo que existe por sí mismo es mayor que todo lo demá¿ni. Esto le da pauta para el punto de partida del “argumento ontológico”: pues el Monologium no sólo concluye la existencia de Dios, sino la atribución necesaria de ser so­ beranamente grande, lo más grande de todo. La unidad argumentativa entre las dos obras es indubitable. Y por tanto, en el caso de Ansel­ mo, no se cumple la advertencia de Cabrera Villoro. Anselmo lejos de dividir los argumentos de la existencia de Dios en los que parten del mundo y en los parten de la riqueza de Dios, les da ilación. Ahora bien, los argumentos de esta primera índole tienen algu­ nos presupuestos: considerar diversos grados de bondad o grandeza supone, como fenómeno aceptado, un modelo o ‘metro’ que funcio­ na como fundamento y norma de tales graduaciones. Por otra parte, la 16 ANSELMO. O.c., 198. c. 2. 17 O.c. 200. c. 3. NAT. GRACIA LVII 1/eneroabril, 2010, 129-151, ISSN: 0470-3790 135

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