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JORGE FRANCISCO AGUIRRE SALA dicado de la proposición suponga por su significado, es decir, que se considere significativamente, siempre hay suposición personal”49. Por tanto, se ejerce como signo de las cosas, ocupando su puesto y reemplazando en la proposición a todas y cada una de las entidades singulares. Así, el término “Dios” resulta inapropiado también para la supo­ sición simple; pues ella supone la existencia sólo de las realidades singulares y sus respectivos nombres unlversalizados en la mente. Las entidades singulares, en tanto tales, no son susceptibles de demostra­ ción necesaria y universa. Y ninguna de estas dos alternativas corres­ ponde a Dios, si se desea una demostración teológica. Ockham saca a Dios del universo de las demostraciones y lo re­ cluye al de las pruebas. Su prueba no está fincada en la necesidad de las “premisas”o “antecedentes”, tampoco en la evidencia universal de su punto de partida, y ni siquiera en su verdad. Ockham rechaza las conocidas pruebas escolásticas sobre la existencia de Dios en los Quodlibetales, en los Commentarium in Sententiis y en la Expositio super Physicam. Ahí, examina la vía del movimiento, de la causalidad eficiente y de la finalidad; las desecha porque sus premisas proceden de la fe. En tanto principios son in­ admisibles por carecer de evidencia o porque presentan un processus in infínitum. Sin embargo, los reconoce como argumentos “proba­ bles”, pues la existencia de un primer motor o fin natural es más pro­ bable que su inexistencia. Son más probables porque son más razo­ nables que una serie infinita actual. Además, agrega otros candidatos razonables para un primer motor: ángeles u otros inferiores a Dios; así como para una causa primera: cuerpos celestes. En ello se percibe la influencia teológica y astronómica de las concepciones aristotélico- ptolomeicas en la Edad Media. Ockham propone una prueba similar a la causalidad eficiente para la existencia de Dios: prueba de la conservación de los entes contingentes. Procede de la conservación hasta un Conservador de 49 ID. 146 NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 129-151, ISSN: 0470-3790

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