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JORGE FRANCISCO AGUIRRE SALA de verse la polémica entre Boehner40 y Moody41 versus Mullick42 y Adams43. De cualquier forma, al advertir que las consecuencias mate riales se dividen en ‘simples” y “sólo por ahora”, hacemos referencia a las simples. Moody44ha explicado que las consecuencias de esta clase satisfacen la fórmula [en ningún caso ocurre que a la vez p y no ¿7]; pero valen en virtud de la “materia” o contenido de los términos des criptivos utilizados en los enunciados que componen el argumento. Su definición en una tabla veritativa reza: el antecedente no puede ser en tiempo alguno verdadero y el consecuente, falso. Ockham da los siguientes ejemplos: “si un hombre corre, existe Dios. El hombre es un asno, luego Dios no existe?’45. Nos asombran estos ejemplos, pues para el consecuente “existe Dios” podemos enunciar materialmente un antecedente siempre ver dadero, y formalmente un antecedente indistinto, siempre y cuando no posean conexión esencial, ni causal con el consecuente. Es de cir, en sentido estricto no hay consecuencia. Pero sintácticamente, en cualquier caso, Dios existe: pues así como una proposición imposible implica cualquier otra, de igual modo, una proposición necesaria es implicada por cualquiera. Pero ¿por qué no aceptar el ‘argumento ontologico?, ¿por qué oponerse tan frontalmente a Anselmo?46. Nuestra hipótesis cree que 40 BOEHNER, “Does Ockham know?” 41 E.A. MOODY, Truth and consequencia in Medieval Logic , N.Y.. North- Holland, 1953- 42 M. MULLICK, Does Ockham accept Material Implicatión?, en Notre Dame Journal of Formal Logic 12 (1971). 43 M. ADAMS, Did Ockham know o fMaterial and Strict Implicatión?, en Notre DameJournal of Formal Logic 12 (1971). 44 E.A. MOODY, Lógica medieval europea en Historia de la Lógica, editado por A.N PRIOR, Madrid, Tecnos, 1976, 90-91. 45 Summa Logicae , III, cap. 3, citado por BOCHENSKI, Hist. De la Lógica F., 205. 46 Advirtamos que no existen referencias donde Ockham critique los argu mentos anselmianos. No hemos hallado un texto así, ni creemos que exista. Sencilla mente hacemos la comparación y sólo podríamos contextualizarla en disputa entre realistas exagerados y nominalistas con respecto a los universales. Pero concedemos que el término “Dios” de ningún modo representa un concepto universal. 144 NAT. GRACIA LVII 1/eneroabril, 2010, 129-151, ISSN: 0470-3790
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