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JORGE FRANCISCO AGUIRRE SALA lo hacen indirectamente como ocurre con la substancia. División que también está considerada en el texto de Anselmo. En el tratado De Veritate tenemos otra aplicación de lo anterior: en el capítulo segundo “De significationis veritate et de duabus ve- ritatibus enuntiationis” se distingue, como el título lo hace notar, la diferencia entre significado y referencia respecto al enunciado y su verdad. Anselmo, señala para el significado, la naturaleza de la enun­ ciación y su inmutabilidad; y para la referencia indica la rectitud y ver­ dad de la misma considerándolas variables y accidentales. Nos dice a la letra: "... la rectitud y la verdad de la enunciación, expresando aquello pa ra lo cual ha sido hecha, son, pues, distintas de aquellas qu e posee cuando significa que está hecha pa ra significar. Estas son inmutables, aquéllas variables; éstas siempre la acompañan, po rque fo rm a n parte de su naturaleza; aquéllas no siempre, sino de un modo accidental y según el empleo qu e de ella se quiera hacer J’25. Con ello, Anselmo muestra su dominio sobre las nociones de sig­ nificación, sentido y referencia, (aunque esta última, técnicamente no se encuentra en ninguno de sus textos) pues las distingue y utiliza en la solución de problemas escolares. Esto preludia la tardía teoría de la suppositio lógico-semántica que considerará la suplencia de los térmi­ nos en tres aspectos: material, simple y personal. Pero la gran incógni­ ta es si Anselmo conocía la distinción entre connotación y denotación, y si además utilizaba los diversos modos de suplantación ¿por qué no dejó exento al “argumento ontologico” de los puntos vulnerables que son objeto de escarnio? ¿El arzobispo de Cantorbery no se per­ cató del paso indebido que va de la posibilidad lógica a la actualidad real? Beuchot responde: “ Anselmo, com o platón ico, con ced e cierta su b stan cialid ad a lo designado p o r los substantivos abstracto? 26. Por tanto, resultaría un realista exagerado; pero más bien, de corte agusti- niano/ejemplarista. Anselmo no es un teórico de la lógica, su preocu­ pación y actitud es la de un creyente dinámico que orienta su fe en ‘lo 25 ANSELMO, O.c., 496 . 26 BEUCHOT, Filosofía del Lenguaje , 43 . 140 NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 129-151, ISSN: 0470-3790

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