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PROTRÉPTICOS: LAS EXHORTACIONES A LA FILOSOFÍA. como preparación para la resolución de problemas complejos y para desarrollar ciertas capacidades intelectuales, descuidan por completo los negocios privados y la utilidad pública. Por su parte, el Protréptico de Aristóteles se fecha un par de años después de la Antídosis y unos treinta del Eutidemo. La obra está di­ rigida a Temisón (o Temisonte), rey de Chipre11, a pesar de que la intención del estagirita, probablemente, era la de poner su texto a disposición de la juventud ateniense. Aunque también es cierto que aquí el autor se muestra de acuerdo con un principio claramente pla­ tónico, según el cual el gobernante debe cultivar la filosofía para su propio provecho y el de aquéllos a quienes gobierna. Además, pare­ ce que las escuelas de filosofía y retórica de la época rivalizaban por encontrar un monarca que pusiera en práctica los principios que cada una defendía. A pesar del carácter fragmentario del texto, resulta mucho más claro y sistemático que el pasaje de Platón, cuya estructura dialogada y, sobre todo, sus intenciones en el Eutidemo , están muy lejos del estilo aristotélico. No obstante, como ocurre casi en cualquier texto de la filosofía del estagirita, incluye muchos de los postulados y prin­ cipios del maestro de la Academia, a la que él mismo pertenecía en aquel momento, aunque aportando muchos otros elementos que no son sino producto del penetrante espíritu del discípulo. Hay, desde luego, muchas similitudes entre los pasajes del diálogo platónico y la obra del estagirita; en primer lugar, por la raigambre socrática de ambos; en segundo, por la instrucción que había recibido (y seguía recibiendo) en la Academia. Estas semejanzas, por otra parte, como señala Jaeger12, pueden haber contribuido decisivamente a la supervi­ vencia del Protréptico , pues Jámblico comparte ese interés típicamen­ te neoplatónico por conciliar el pensamiento de aquellos dos grandes filósofos. Las coincidencias con las clásicas arengas socráticas son eviden­ tes, puesto que ya en los primeros fragmentos se pone de manifiesto 11 Isócrates se había dirigido a los monarcas de la isla en sus discursos Evágo- ras , Nicocles y a Nicocles. 12 JAEGER, W., Aristóteles , México D. F., F.C.E., 1995, 77-78. NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 103-128, ISSN: 0470-3790 111

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