PS_NyG_2010v057n001p0103_0128
PROTRÉPTICOS: LAS EXHORTACIONES A LA FILOSOFÍA. en el cuerpo ( ccttovío O y de turbación en el alma (chaparía) bastarán para alcanzar la vida máximamente feliz. La sensación, criterio supre mo de la epistemología epicúrea, es siempre verdadera, siendo las opiniones humanas aquello que puede desviarnos del camino natural y correcto hacia la felicidad y el placer. Lejos quedan ya las preocupaciones políticas de Platón y Aristó teles. En una sociedad en la que los hombres viven atemorizados por la situación de dominio a que se ven sometidas las ciudades y por los designios divinos propugnados por muchos filósofos y poetas, Epicu- ro propone una nueva vía al individuo, en la que la amistad parece sustituir a la antigua ciudadanía. El filósofo no busca gobernar y darle a la ciudad unas leyes justas, sino establecerlas para sí mismo y vivir conforme a ellas, pues “elfru to m ás importante d e la au ta rqu ía es la lib ertad ”40. El hombre libre es el que vive alejado, oculto, el que es ca paz de vivir de manera tranquila de acuerdo con los claros límites que establece nuestra naturaleza. El individuo puede fundar sus propias leyes, que lo protegen del torbellino de ambiciones y preocupaciones que es la ciudad, en favor de esa “paz feliz”41 que es la ataraxia. Basta con sólo darse cuenta de que, al margen de los excesos y las super- fluas y creadas necesidades de la sociedad, el no sufrir, la tranquilidad del alma, constituye la suprema felicidad. Lo que aquí denominamos protréptico epicúreo no es, en rea lidad, otra cosa que el comienzo de la Carta a Meneceo: “N adie p o r ser jov en du d e en filo s o fa r ni p o r ser viejo d e filo s o fa r se hastíe. Pues n ad ie es joven o viejo p a r a la salu d del alm a. El qu e d ice qu e aún no es e d a d o qu e y a p a s ó la e d a d d e filo s o fa r es com o el qu e d ice qu e aún no h a llegado o qu e y a p a s ó el tiempo oportuno p a r a la felic id a d . De m odo qu e d eben filo so fa r tanto el jov en com o el viejo. Éste p a r a que, au n qu e viejo, rejuvenezca en bienes p o r el recuerdo gozoso del p a sa d o , aqu él p a r a qu e sea jov en y viejo a un tiempo p o r su seren i d a d an te el fu turo. Necesario es, pues, m editar sobre lo qu e p ro cu ra 40 EPICURO, Sentencias Vaticanas , 77. 41 He tomado esta hermosa y acertada expresión de: GARCÍA GUAL, C., Epi- curo, el liberador ; en Estudios Clásicos 6 1:14 (1970) 399. NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 103-128, ISSN: 0470-3790 125
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz