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PROTRÉPTICOS: LAS EXHORTACIONES A LA FILOSOFÍA.. las que somos felices, unas son necesarias y otras placentera^ ’35. Esta afirmación implica una distinción importante, ya que lo necesario es aquello que no tiene el fin en sí mismo; nuestras necesidades, por lo tanto, están relacionadas con algo diferente, siendo su fin el de con­ servar la vida, el mero vivir. Sin embargo, lo placentero se busca por sí mismo, y supone un suplemento de lo necesario, permitiéndonos, ya no simplemente vivir, sino vivir bien. Por lo tanto, si el aferrarse a las meras necesidades no es propio sino de esclavos, el hombre ver­ daderamente libre no se conformará con sólo vivir, sino que buscará por todos los medios la felicidad. Y así, “ quien piensa que no hay que pasar esta vida de cualquier modo, es ciertamente ridículo que no arrostre todo esfuerzo y ponga todo su empeño para adquirir esa clase de sabiduría que le llevará a conocer la verdad”56. Con esta obra, Aristóteles ha contestado magníficamente a las críticas vertidas por Isócrates. Y, según dijimos, aunque se dedica a Temisón y la más elevada filosofía platónica parece destinarse a quie­ nes hayan de ser gobernantes, con el claro propósito de establecer una sociedad justa que elimine las terribles corrupciones de la Grecia (y Atenas en particular) de finales del siglo V y principios del IV, el estagirita hace un llamamiento casi universal a la filosofía. No parece ya importar la cuestión del gobierno, pues lo que está en juego es la virtud y la felicidad del ciudadano. No sólo el razonamiento, sino tam­ bién la experiencia, parecen mostrarnos la conveniencia de esa bús­ queda del conocimiento que es la filosofía. Si pensamos en Sócrates y algunos otros, nos daremos cuenta de que abandonaron todos sus bienes externos y renunciaron a toda retribución con el propósito de dedicarse al pensamiento, que por ello se muestra como sumamente placentero. “A esto hay que añadir que su ejercicio difiere en sumo grado de todos los demás, pues no se precisa para su práctica ni de instrumentos ni de lugares, sino que dondequiera que en el mundo habitado alguien proponga su pensamiento, podrá captar la verdad como si ésta estuviera presente por igual en cualquier lugar3'51. 35 ARISTÓTELES, Protréptico, 93. 36 I b 103. 37 Ib ., 56. NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 103-128, ISSN: 0470-3790 1 2 3

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