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PROTRÉPTICOS: LAS EXHORTACIONES A LA FILOSOFÍA. que el arte imita la naturaleza; pero, lejos de la significación vulgar de esta expresión, esto no quiere decir que el pintor intente reproducir con fidelidad o un paisaje o un objeto sino que, como todo lo natural, tiende a un determinado fin. El arte, en este sentido, es imitación de la teleología de la naturaleza, que pone los medios para alcanzar el fin buscado13. Por otra parte, “si elfin de cada cosa es siempre mejor que la cosa misma (...) y elfin conforme a la naturaleza es lo que, en la genera­ ción, es por naturaleza lo último en realizarse cuando la generación es llevada a cumplimiento sin interrupción, entonces, lo relativo al cuerpo alcanza primero sufin en los hombres, y después lo relativo al alma, y elfin de lo que es mejor es siempre, de algún modo, posterior en la generación; luego el alma es posterior al cuerpo, y la sabiduría, la última de las facultades del alma, pues vemos que por naturaleza ella es lo último que se genera en los hombres, y, por eso, es el único de los bienes que reivindica la vejez; entonces, una cierta sabiduría es nuestro fin conforme a la naturaleza, y ser sabios lo último para lo cual hemos nacido ”14. Las conclusiones, es cierto, son claramente socráticas y platóni­ cas, a saber, que se ha de perseguir la sabiduría en virtud de la supe­ rioridad del alma respecto al cuerpo. La argumentación, sin embargo, parece típicamente aristotélica. Como hemos señalado, de acuerdo con el carácter teleológico de su pensamiento, el orden del valor y el de la generación parecen ser inversos, ya que lo más valioso no de­ pende de la condición inicial, sino de la realización y el cumplimiento de los fines. El fruto de la planta es mejor que su semilla y posterior en el tiempo. Así pues, el fin conforme a la naturaleza es tanto lo mejor como lo último en el orden de la generación. La sabiduría, que no se alcanza sino con un largo esfuerzo y después de haber satisfecho las diferentes necesidades corporales y psicológicas, será, en consecuen­ cia, el fin natural del hombre, aquello para lo cual hemos nacido y nuestra máxima perfección. 13 ARISTÓTELES, Física , 199a: “Algunas cosas que la naturaleza no sabe hacer las crea el arte; otras las imita”. 14 ARISTÓTELES, Protréptico , 17. NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 103-128, ISSN: 0470-3790 113

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