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MONTSERRAT BARTOLOMÉ LUISES de la magia es la simpatía y antipatía universal y el descubrimiento de sus caracteres intrínsecos, para gobernar y dirigir las fuerzas de la naturaleza con eficacia y rigor36. Cada modo de generación se rela ciona con un sujeto específico de la esencia substancial relativa, cuya forma absoluta sólo se obtiene de la unidad de todos los cuerpos. Bruno asume y justifica la concepción alquímica 37 de la materia inde finida y primera, y en virtud de ello sostiene la penetración vital en los cuatro órdenes de la naturaleza. El conocimiento de la capacidad de los números, de la fuerza de las imágenes y de la potencia eterna e incesante del espíritu difundida en el universo, manifiesta el valor de las artes mágicas, cuyos signos y números verifican la génesis de todos los individuos en el cosmos, por idénticos principios naturales y de acuerdo con un orden determinado38. La relación entre imaginación y entendimiento y la experiencia mágica basada en la ordenación natural de los fenómenos del mo vimiento constituyen el núcleo esencial de los tratados mágicos. El Lampas , “ars inventiva per triginta statuas”39, vincula la magia a una renacentista para alcanzar la imagen del mundo natural es la observación empírica y el testimonio directo de la percepción sensible. El fundamento de esta teoría sensua lista es un animismo dirigido al dominio de la naturaleza por pasiones y afectos secre tos y por la identidad vital entre el sujeto cognoscente y el objeto conocido. Un objeto es percibido y comprendido en su verdadero ser cuando su animación y movimiento coinciden con la experiencia inmediata de nuestra intuición. La magia natural de los siglos XV y XVI coloca los primeros fundamentos de la exactitud experimental por su búsqueda de la uniformidad empírica y por su utilización de la observación inductiva y de la comparación de fenómenos. Experiencia y milagro se limitan entre sí. 36 Cf. G. BRUNO, Sigillus sigillorum , O. c., 199. 37 Sobre la crítica a los procedimientos de la alquimia, cf. G. BRUNO, Cande- laio , O. c., 51-54. 38 Cf. G. BRUNO, De monade, numero etfigu ra , O. c., 415. 39 G. BRUNO, Lampas triginta statuarum, en Jordani BRUÑI NOLANI, Opera latine conscripta , O. c., III, 258. Bruno, De triplici mínimo et mensura , en Jordani BRUÑI NOLANI, Opera latine conscripta , O. c., I, 3, 123; Summa terminorum meta- physicorum, en Jordani BRUÑI NOLANI, Opera latine conscripta , O. c., I, 4, 5, a menudo, corregía las pruebas de imprenta, grababa las figuras de sus libros y sometía a un infatigable examen la composición de sus obras y las fases de sus textos. Así, en el Lampas revisa problemas teóricos, tales como el de la concepción del alma. Sobre este tema, cf. M. CILIBERTO, O. c., XVI-XVII. 66 NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 53-99, ISSN: 0470-3790
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