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MAGIA Y MNEMOTECNIA EN GIORDANO BRUNO El sentido específico de la naturaleza se concibe al amparo de su unidad explicativa. Por su energía cognoscitiva, el hombre no se diluye en el cosmos, del que es su imagen pero también la clave de su consideración astrológica. El universo -un organismo en el que cualquier elemento puede ser su centro-, es el punto de partida para comprender el hombre, pero el conocimiento de éste sobre sí mismo es la condición indispensable para entender el mundo. El cimiento mágico y operativo indica la exigencia de un proyecto personal, inte­ grado en la finalidad natural y los designios racionales, con el fin de que el hombre se concilie con el mundo. La unidad del saber se fun­ damenta tanto en el conocimiento racional de la verdad ideal cuanto en la magia. Bruno reivindica un ideal cognoscitivo operativo unido a un mecanismo simbólico de aplicación práctica. Sobre el paralelis­ mo entre formas ideales y estructuras reales se construye un método gnoseológico que se dirija del ámbito sensible a la absoluta verdad fi­ losófica. La variedad cualitativa de los objetos sensibles se genera por el diferente número y disposición de elementos constitutivos, regidos por el principio vital intrínseco. El criterio de distinción de los seres no es la regularidad jerárquica sino la producción objetiva que se explica por la estructura corpórea y espiritual de cada ser. La acción mágica presupone la participación de lo universal en el hombre y justifica las combinaciones elementales y sus fuerzas regentes. La obra de la natu­ raleza se transparenta por símbolos y sellos que se corresponden con las cosas y que son un medio para el pensamiento aunque sólo una minoría pueda comprenderlos. Hay una magia basada en la credulidad y hay otra magia funda­ mentada en la capacidad de los sentidos para hallar la afinidad y re­ pulsión de las cosas y dominar la naturaleza y sus fuerzas35. El objeto tado, que es considerado bajo el influjo de los astros en el mundo. La explicación de un hecho depende de su conexión con las causas últimas de todo ser. El impulso para superar el sistema astrológico del mundo no se halla en los argumentos empíricos y matemáticos sobre la naturaleza, sino en la nueva idea renacentista de hombre. El destino del hombre sólo se somete a la conciencia de su virtud y voluntad. La fe en la libertad y en su capacidad creativa se entrecruza con la actividad del conocimiento. 35 Cf. G. BRUNO, Sigillus sigillorum, O. c., 198; Spaccio de la bestia trionfante , O. c., 782. Para CASSIRER (O. c., 233, 235 y 239-240), la única guía del naturalismo NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 53-99, ISSN: 0470-3790 65

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