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¿SER CREYENTE HACE FELIZ? ligioso descrito por Spranger (1961), por cuanto piensa, siente, habla y actúa religiosamente, con la naturalidad de quien se describe a sí mismo como una “persona religiosa”. Es un hombre que se definiría a sí mismo como seriamente creyente, interesado por unir su visión religiosa con los acontecimientos y situaciones reales concretas (i.e. realismo humano y religioso), abierto a las experiencias místicas, que vive como auténticas, con ausencia de sentimientos de culpabilidad y necesitado de comportarse como testigo de lo que defiende. Qui­ zás esa combinación sea lo que evoca en los demás una imagen de hombre coherente, sencillo, cercano, viril, inocente, con capacidad de perdonar y respetuoso con las opciones de los demás hasta el pun­ to de rodearse de quienes se consideraban impuros. Cualquier psicólogo -creyente o no - que se acerque sin prejui­ cios a los textos que hablan de Jesús, incluso después de la desmiti- ficación llevada a cabo por la crítica histórica, no puede sino quedar impresionado por la pureza de su “auto-presentación” como hombre muy motivado por lo religioso como y por la madurez religiosa de sus palabras y acciones, eliminando cualquier elemento propio de la magia o el narcisismo (Vázquez, 2001). 2 . S o b re la r e la c ió n e n tr e fe c r is tia n a y sa lu d A partir de la década de los noventa del pasado siglo ha crecido exponencialmente el número y calidad metodológica de los trabajos científicos que relacionan fe religiosa y salud, tanto física como men­ tal. Tras un intento serio por definir operativamente la espiritualidad como los sentimientos, actos y experiencias de las personas concretas en relación a lo que consideran la divinidad, se hace necesario dife­ renciar entre una religiosidad genuina de lo que pueden ser “falsas caricaturas”de la fe, es decir, de los comportamientos patológicos con forma religiosa o de una religiosidad como expresión de un trastorno mental presente. Personas religiosas han sido san Francisco de Asís y Savonarola, Teresa de Calcuta y los integristas de Hamas, Edith Stein y George Bush, Monseñor Romero y Jomeini,... de la misma manera que una cosa es la percepción y otra las alucinaciones, una cosa es NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 7-51, ISSN: 0470-3790 1 5

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