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¿SER CREYENTE HACE FELIZ? tas narraciones evangélicas: aceptación, espontaneidad, simplicidad, naturalidad, centramiento en los problemas, necesidad de intimidad, autonomía, frescura continuada de aprecio, experiencias-cumbre, es­ píritu de solidaridad, interés por las relaciones interpersonales, es­ tructura democrática de carácter, discriminación entre medios y fines, sentido profundo del humor sin hostilidad, creatividad y sentido de trascendencia (Galbreath, 1991). 9. En el continuo introversión-extraversión, parece que hay una valoración mayor por su parte del patrón de comportam iento con- templativo-introvertido (Le 10, 38-42; J n 11, 1-5), sin que podamos afirmar que él se describa mejor en uno de los dos extremos. 10. Cuando se han tenido en cuenta los modelos factoriales de personalidad, basados en el paradigma de los Cinco Grandes, los au­ tores indican que la valoración de la gente acerca de la imagen que produce la narración de la vida de Jesús es la de una person a muy simpática, siempre ayu d an d o a los dem ás y muy au tónom o (Pied- mont et al., 1997). 11. Es notable su actitud positiva h a c ia las mujeres y los niños (Mt 9, 18-23; Mt 26, 6-13; Me 10, 13-16; Le 8, 2-3; Le 10, 38-42; Le 13, 10-17; Le 18, 15-17) y una disposición entrañable y femenina en su trato personal con la divinidad, a quien llama novedosamente con el término Abba (Me 14, 3 6 ) y con sus amigos, como demuestra en el episodio del lavatorio de los pies (Jn 13, 1-11). En general, los investigadores que se han centrado en las actitu­ des y motivaciones de Jesús desde una perspectiva puramente con- ductual señalan que los discípulos de Jesús, cuando quieren transmitir a las nuevas generaciones cómo era esta persona, transmitiendo fiel­ mente al menos el contorno de su figura y su mensaje, resalta cuatro rasgos distintivos: (1) su libertad suprema (Me 3, 21. 31-35; Me 8, 31-33; Mt 23; Le 13, 31-32; Mt 20, 25-28; Me 14, 53-64 , entre otras, (2) su proclamación de la igualdad entre los seres humanos ( Mt 5, 38- 48), (3) su apertura universal a todos, especialmente a los excluidos y marginados sociales (Le 7, 36-50; Jn 9, 34), y (4) su amor solidario (Me 1, 23-28; Me 1, 40-45; Me 5, 25-34) como resultado de una visión profundamente religiosa de la vida y de su vida (Peláez, 1999). NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 7-51, ISSN: 0470-3790 13

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