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¿SER CREYENTE HACE FELIZ? El desempeño de las fortalezas psicológicas y la presencia -real o simbólica- de modelos de comportamiento que exhiban un correcto desarrollo de las mismas es fundamental para proteger y dotar al in­ dividuo de una serie de características que le hagan resistente y men­ talmente sano, adaptado, eficaz y feliz. Recuérdese que, dentro de ellas, el amor, la esperanza y la vitalidad son las fortalezas que más correlacionan con satisfacción vital. Entonces ¿son compatibles e in­ cluso estimulantes en esta misma dirección el mensaje del Evangelio, la persona de Jesús de Nazaret y de sus seguidores más destacados y, en definitiva, las propuestas vitales que se derivan de la fe cristiana? CONCLUSIONES: ¿PUEDE LA FE CRISTIANA SER UN AGENTE DE DESARROLLO PERSONAL Y SALUD MENTAL? La psicología no pretende cuestionar la fe religiosa, ni “psicologi- zar” cualquier fenómeno religioso. Es, sin embargo, una herramienta importante para ayudar a depurar la fe genuina de los rasgos patoló­ gicos o patologizantes que la pueden cercar y se le pueden añadir. El objetivo de la psicología, cuando se aproxima al fenómeno religioso, no es hacer burla de la fe, sino identificar qué es fe y qué cosas son añadidos que sí proceden de la propia mente humana y pueden jugar en su contra. Evidentemente, llegados aquí, la pregunta es ¿en qué medida el deseo de identificación con Cristo, como modelo de la vida y fuente de sentido contribuye a alcanzar estas disposiciones o es un factor de riesgo que nos aleja de ellas? La fe religiosa ¿potencia o daña la salud mental? ¿es la fe cristiana potenciadora de las fortalezas que contribuyen al bienestar, aseguran la salud mental y favorecen la feli­ cidad y la satisfacción vital percibida? La religiosidad puede ser un factor de riesgo para la salud men­ tal cuando es infantil, externalizada, ritualista, moralista o dogmática. Frente a ella, debe proponerse desde la psicología un seguimiento maduro y estimulante. Ahora bien, ¿qué es una religiosidad psicoló­ gicamente madura? La respuesta a esta pregunta es formulada aquí desde el campo de la salud mental, no de la ortodoxia teológica. Se centra, por tanto, en los trabajos que relacionan los índices objetivos NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 7-51, ISSN: 0470-3790 41

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