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¿SER CREYENTE HACE FELIZ? do con alto riesgo de muerte...) puede ser una de las ocasiones que transformen la vida de una persona, pero no siempre es un cambio a peores condiciones de salud y bienestar. En muchas ocasiones, estas situaciones extremas permiten a la persona tener la oportunidad de entender el mundo, a los otros y a sí mismo de otra forma, de replan­ tear su sistema de valores y modificar sus creencias. No es infrecuente que se experimente, tras el dolor, un aprendizaje y un crecimiento personal (Calhoun y Tedeschi, 1999; Janoff-Bulman, 1992). Se trata, por tanto, de determinar porqué algunas personas consiguen apren­ der de sus experiencias más dolorosas e incluso obtener “beneficios” personales de ellas. La resiliencia es el resultado de un equilibrio entre factores de riesgo, factores protectores y la personalidad del ser humano que per­ mite elaborar, en sentido positivo, circunstancias de la vida que son desfavorables. La resiliencia no es absoluta ni se adquiere de una vez para siempre. Es el resultado de un proceso dinámico y evolutivo que varía según las circunstancias, la naturaleza del suceso, el contexto y la etapa de la vida, y puede expresarse de formas diferentes en las distintas culturas. Evidentemente, la resiliencia es un campo de estudio dentro de los factores relacionados con la prevención y el fomento de la salud mental y se constituye en un paradigma de interés: qué hacen las per­ sonas “eficaces” para manejar correctamente las situaciones adversas, y de qué manera pueden aprender estas estrategias las personas que son menos eficaces. En el objeto de nuestro estudio, la fe religiosa sana y realista, encamada y práctica, se ha demostrado como uno de los elementos que aseguran mayor capacidad de resistencia frente a los traumas y frente a los acontecimientos cotidianos más amenazan­ tes. Muy relacionado con este último aspecto del estrés cotidiano, la psicología positiva recupera la tradición de estudio de las estrategias de afrontamiento y los recursos personales para enfrentarse adecua­ damente con las amenazas, los problemas y los estresores. El concep­ to de personalidad resistente (del inglés hardy personality ) comenzó con el estudio de aquellas personas que ante hechos vitales negativos perecen tener unas características de personalidad que les protege. NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 7-51, ISSN: 0470-3790 31

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