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ALFONSO SALGADO RUIZ considerar lo que sucedió, es cuando se “siente” inundado de grati­ tud por la plenitud de esa experiencia, y es entonces cuando puede afirmar que la persona es feliz, de forma retrospectiva. La causa de la felicidad no es la fluidez, pero no se puede ser feliz sin las experien­ cias de flujo. 2.6. Resiliencia y personalidad resistente La resiliencia es la capacidad de una persona para seguir pro­ yectándose en el futuro a pesar de acontecimientos desestabilizado­ res, de condiciones de vida difíciles y de traumas a veces graves. La resiliencia se sitúa en una corriente de psicología positiva y dinámi­ ca de fomento de la salud mental y parece una realidad confirmada por el testimonio de muchísimas personas que, aún habiendo vivido una situación traumática, han conseguido encajarla y seguir desenvol­ viéndose y viviendo, incluso, en un nivel superior, como si el trauma vivido y asumido hubiera desarrollado en ellos recursos latentes e insospechados (Vera Poseck, 2007). Aunque durante mucho tiempo las respuestas de resiliencia han sido consideradas como inusuales e incluso patológicas por los expertos, la literatura científica actual demuestra de forma contundente que la resiliencia es una respuesta común y su aparición no indica patología, sino un ajuste saludable a la adversidad. Así lo describe Manciaux (2003). “A pesar de traumas graves, incluso muy graves, o de desgracias más comunes , la resiliencia parece una realidad confirmada por muchísimas trayectorias existenciales e historias de vida exitosas. De hecho, por nuestros encuentros, contactos profesionales y lecturas, todos conocemos niños, adolescentes, familias y comunidades que “encajan” choques, pruebas y rupturas, y las superan y siguen des­ envolviéndose y viviendo -a menudo a un nivel superior- como si el trauma sufrido y asumido hubiera desarrollado en ellos, a veces reve­ lado incluso, recursos latentes y aun insospechado s“ (Manciaux, 2003, 13). En definitiva, vivir un acontecimiento traumático (i.e. la muerte de un ser querido, a veces de forma inesperada y violenta, sufrir agre­ siones físicas, padecer una catástrofe, sufrir un ataque cardiaco agu- 30 NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 7-51, ISSN: 0470-3790

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