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ALFONSO SALGADO RUIZ implican que la experiencia subjetiva es placentera, contribuyen a la realización de las propias metas o producen bienestar, mientras que las segundas se basan en el núcleo subjetivo de malestar o dolor y normalmente interfieren en la consecución de las metas propuestas por la persona. Algunas de las emociones positivas son la alegría, el sentido del humor, la tranquilidad, la confianza, el placer y el amor. Entre las emociones negativas destacan el miedo, la ira, la tristeza o la ansiedad. El estudio de las emociones positivas es más difícil porque son comparativamente menos en cantidad y se ha creído que son más di­ fíciles de distinguir. El propio lenguaje cotidiano emplea más matices para referirse a las emociones desagradables que a las agradables. Por otra parte, resulta preciso desentrañar el sentido evolutivo y de adaptación que las emociones positivas han tenido para asegurar la supervivencia de nuestra especie, razón por la cual se han mante­ nido como rasgos propios del ser humano. En este sentido, existe consenso en aceptar que las emociones positivas contribuyen a resol­ ver problemas cotidianos relacionados con el crecimiento personal y el desarrollo: experimentar emociones positivas conduce a estados mentales y forma de comportamiento que , de forma indirecta, pre­ paran al individuo para afrontar con éxito dificultades y adversidades venideras (Fredrickson, 2001). Si esto es así, se pueden emplear las emociones positivas como herramientas para afrontar las situaciones difíciles, de manera que pueden ser potenciadas en proyectos de pre­ vención, tratamiento y abordaje e problemas psicológicos, psicoso- ciales y culturales. 2 .3 • Hum or y creatividad Desde 1979, cuando el conocido editor de revistas Norman Cousins publicó el libro Anatom ía d e una en ferm ed ad , han sido nu­ merosos los trabajos que correlacionan humor y salud, y establecen que éste puede ser un factor determinante en el bienestar psicológico y físico del ser humano. Cousins describió su propia recuperación de una enfermedad irreversible mediante un tratamiento que incluyó, entre otras técnicas, ver películas cómicas de los hermanos Marx. El 26 NAT. GRACIA LVII 1/enero-abril, 2010, 7-51, ISSN: 0470-3790

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