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VOCACIÓN COMO RAZÓN DE SER este sentido, nos parece importante pensar el concepto de vocación desde la perspectiva de la escucha, pues, la dimensión vocacional es antes de todo una llamada a escuchar las preguntas de la vida. El trabajo, por lo tanto, desde la perspectiva de la psicología humanis- ta-existencial, representa el campo en que el carácter de algo único del individuo se relaciona con la comunidad, recibiendo así su senti do y su valor. Este sentido y valor son inherentes en cada caso, a la realización y no a la profesión concreta en cuanto tal. El verdadero desarrollo profesional dependerá básicamente de un detalle obvio, muchas veces olvidado o meramente despreciado: vocación. La relación natural del hombre con su trabajo profesional, con siderando como campo de posible realización única y plena de sí mismo, sufre muchas veces el desvío en virtud de las circunstancias dominantes del trabajo institucionalizado. Hay personas de conciben el trabajo como simple medio para un fin, el fin de ganar la vida, de ganar los medios necesarios para vivir la vida propiamente dicha. En este caso, la vida solamente empezará con el tiempo libre, y su sentido estará en el modo libre y personal como el trabajador lo configura. Hablando del fenómeno del trabajo, no podemos aquí hacer excepciones, y dentro de este sistema de pensamiento, el ‘trabajo’ será definido como ‘trabajo bueno’, si fuere bueno para uno mismo, o sea, si no fuere monótono, no fuere demasiado estresante, si no pusiese exigencias en exceso, si diese a la gente suficiente fuerza y reconocimiento, al mismo tiempo, si permitiese espacio libre. Infelizmente, casi siempre uno cae en la tentación de contrapo ner la vocación a la profesión, cuando en realidad la profesión y el estado de vida que se elige, se convierten en su profesión y su esta do de vida, aunque se asemeje el estado de vida a la vocación. Res pecto a cuestión de la vida, a partir de la pesquisa de Charles Morris, Rogers (2002, 188), presenta cinco dimensiones, que combinadas de diversas manera, positivas y negativas, surgen como responsables por las opciones individuales. La primera de ellas implica preferencia por una participación en la vida responsable; la segunda acentúa el gusto por la acción vigorosa en la superación de los obstáculos; la tercera enfatiza el valor de una vida interior autónoma con una con- NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 599-618, ISSN: 0470-3790 603
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