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ELISEUDO SALVINO GOMES más una reflexión acerca del existir humano. Apropiándonos de las palabras de Cari Rogers, nada de novedoso se puede decir sobre ese tema. Parecería presunción exprimir sencillamente más una opini­ ón, con todo, leer, reflejar y exponer ideas de grandes pensadores en el actual contexto en que estamos viviendo, se hace por demás necesarias. En este sentido, recordamos que, además de ser un tema funda­ mental, suscita cuestiones de suma importancia ante a la inseguridad que muchos viven en relación a asumir valores; en recurrencia del acelerado mundo del negocio en que están sometidos, como afirma Bogart, “el ser humano moderno espresionado en dirección al traba­ jo, pero no a laformación profesional. Él espresionado a lucharpara ganar dinero, no para sentirse realizado. Somos inducidos a entrar para el ‘mercado de trabajo’, antes mismo de estarnos preparados para definir el camino a seguir”{ 1996, 28). Según Oliveira (1999) toda vocación implica necesariamente una misión, un servicio concreto en beneficio de la evangelización, y consecuentemente de la humanidad. El llamado divino exige la elección de un tipo de misión que pueda ayudar el cristiano, aquí y ahora, a colaborar por medio de su participación en la vida de la co­ munidad, con la construcción de una sociedad más justa y fraterna. La vocación como sentido de vida, no sólo nos proporciona un valor vital, sino siempre se revela, también, como un valor de super­ vivencia significativa. Vivir con sentido significa realizar la tarea que surge en cada momento; significa descubrir el mejor valor posible dentro de una situación y realizarlo, no puede ser dado ni prescrito, debe ser reconocido y encontrado. Cuanto más difíciles las circuns­ tancias de vida, más profundamente está el sentido escondido en ellas. En último análisis, el sentido es la seguridad de la existencia, o la oportunidad de colocar la vida siempre a salvo. Lo que se entiende por vocación es siempre una posibilidad a ser aprendida y realizada de modo concreto; jamás el producto del raciocinio. A veces, el pensamiento reflexivo constituye hasta un obstáculo para el camino del sentido. Aquello que representa significado se apodera de la persona en su totalidad, el sentido es percibido antes incluso que seamos conscientes de su presencia. En 602 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 599-618, ISSN: 0470-3790

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