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ELISEUDO SALVINO GOMES INTRODUCCIÓN Desde mediados del siglo XVIII, época de gran significación en la historia inicial de la Psicología, a través de las pesquisas teóricas y empíricas, podemos considerar que estas pesquisas fueron suficien­ tes para evidenciar el desarrollo en situaciones que inciden en la relación empática entre personas de las diferentes clases socio-eco­ nómicas. En este sentido, el trabajo de la orientación vocacional que procura dar soporte, en particular, a los jóvenes en sus inclinaciones vocacionales reveló que, a respecto del acceso a informaciones y procesos de autoconocimiento, aún no aportaban elementos de seguridad y de satisfacción ante sus opciones profesionales o modo de vida. Por lo tanto, en el proceso de discernimiento vocacional la pre­ gunta sobre “por qué se actúa” es más importante que la pregunta “por lo qué se hace”. Al intentar comprender las razones de las elecciones y opciones del joven estudiante y/o iniciante de la vida cristiana, el Psicólogo Educacional/Clínico debe ser llevado a inte- ractuar por todo el dinamismo bio-psico-socio-espiritual del mismo. Con esta nueva propuesta de trabajo, el Profesional que presta servi­ cio de “orientador vocacional” debe estar atento a las motivaciones más escondidas que son traídas por el sujeto en proceso de discer­ nimiento. La investigación de la dinámica que orienta las relaciones in­ ternas, especialmente del adolescente, en el proceso formativo (te­ rapéutico), es de vital importancia debido a la profunda crisis en la estructura familiar y religiosa de la sociedad actual, que puede expresarse individualmente en crisis psicológico-espiritual. Ante esa crisis, la persona humana debe preguntarse sobre el porqué de su existir, cómo se constituye, cuál es su sentido, si posee un valor como persona, cuáles son esos valores que lo soportan y de qué manera podrá lograr las metas para salvaguardar su dignidad. En ese contexto, a veces, la escuela formal o los centros/con­ ventos que acogen a cada persona en proceso de formación asumen una función defensiva, protectora y de seguridad. Es imprescindible, pues, preparar el terreno de la interioridad del educando-vocacio- 600 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 599-618, ISSN: 0470-3790

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