PS_NyG_2009v056n003p0569_0598

MODESTO BERCIANO cilio y en particular durante el pontificado de Juan Pablo II se han publicado varios documentos sobre el laicado. Pienso que se han dado pasos muy cortos; y que la participación de los laicos y de las religiosas es aún escasa y muy secundaria. Parece también que la je­ rarquía católica ha tenido poco espíritu profètico en este sentido. La crisis sacerdotal empezó hace ya unos cuarenta años. Entretanto, no se ha formado un laicado para ejercer varias de las funciones que se concentran en la persona del sacerdote; funciones que no tienen por qué concentrarse en una sola persona. Y cuando hablamos de laicos, nos referimos a hombres y mujeres. Habrá que plantearse una vez más el papel de la mujer en el ministerio. Pero no vamos a entrar en estos temas, que -como decía antes- deberán ser objeto de reflexión y discusión en los Sínodos y tal vez en algún Concilio. 598 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 569-598, ISSN: 0470-3790

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