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DIÁLOGO DE IA IGLESIA CON LA SOCIEDAD Y LA CULTURA ACTUALES tipo de prácticas religiosas, a las necesidades de su ambiente y de su vida. Pablo VI hablaba del contacto o relación con los no creyentes y del influjo de éstos en los cristianos, justificando su posición en nombre de una religión interior. También esto es importante. Mucha gente sencilla llega a la ciudad y entra en relación con un medio cul­ tural superior, careciendo de todo espíritu crítico; y se dejan influir fá­ cilmente por este ambiente. Algo semejante suele suceder en la edad juvenil, por influjo del ambiente, por deseos de autonomía, etc. En ambientes también jóvenes, de universidad o de colegios el influjo suele ser más hostil. En áreas científicas positivas, dominan las visiones empiristas y positivistas, el método experimental, las certezas matemáticas. Lo que no se puede demostrar o experimentar, parece carecer de valor. Se produce así un desinterés o un menos­ precio de lo vital, de lo abstracto, de lo que por su propia naturaleza no puede ser objeto de experimentación ni puede ser reducido a un número. En realidad, en los niveles más profundos de las ciencias las cosas más fundamentales no son tan evidentes; incluso son más oscuras que nunca, precisamente hoy, cuando más se sabe acerca de las mismas. Pero el trabajo y el estudio de las grandes masas no están en un nivel tan profundo. Y cuando tienen noticia de estos problemas, recurren a un acto de fe en la ciencia futura, que creen será capaz de responder a todos los interrogantes y dudas de hoy. Y así se va difundiendo la mentalidad y una fe casi absoluta en la ciencia. En las áreas de por sí más abstractas y menos ligadas a las ciencias exactas, la situación no cambia mucho. Algunas ciencias humanas, como la historia, la psicología o la sociología buscan en gran parte también el ideal de la ciencia y se encaminan por lo que puede ser controlado mediante el cálculo. Y por lo que se refiere a la filosofía, una gran parte de la misma está dominada por la fi­ losofía neopositivista, por el análisis del lenguaje o por la filosofía de la ciencia. Y las materias más especulativas, como la metafísica, que debería plantearse los problemas de fondo, es considerada con mucha frecuencia como especulación vacía; y en vez de metafísi­ ca, se convierte de hecho en estudio de la historia de la filosofía o NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 569-598, ISSN: 0470-3790 587

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