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FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS peculiares necesidades. ¿Lo dudas? ¿No ven los búhos en la noche, y son cegatos de día? ¡Creer sólo en lo que ves! Admites, porque el negarlo te situaría entre los anormales, que estás constituido por un montón de células. Como no sabes cuántas, te aclaro que puedes pensar en un billón, millón más o menos. ¿Acaso las ves? ¿Ves las moléculas que conforman cada célula, y los átomos que constituyen las moléculas, y los cuarks que se agrupan en átomos, y... ¿Que por qué no los ves? Porque no necesitas verlos para sobrevivir como animal. ¡Sí, como animal! ¿O es que también vas a negar tu auténtica condición dentro de la biosfera?... Profundizando en esta cuestión, seguimos nuestro interrogato­ rio: ¿Acaso sabes que lo que ves realmente cuando miras alrededor, no es lo que crees ver, sino los fotones que salieron del Sol hace unos 8 minutos y que al llegar aquí a la velocidad de 300.000 kms. por segundo chocaron con los objetos que abarca tu retina? ¿Que te cuesta admitirlo? ¡No me extraña, si sólo crees en lo que ves! ¿Has pensado en lo que verías si ahora cayera sobre nosotros una noche profunda? ¡Pues nada, porque de noche, aunque estén las mismas cosas que de día, no hay fotones que ver!... salvo si encuentras algún farol que los emita, como una mínima delegación solar En cualquiera de los terrenos a los que te proyectes es mucho más importante lo que no ves que lo que ves. ¿Lo dudas? ¿Que te ves a ti mismo? ¡Sí, la capa externa, la piel!. ¿Qué ves en los demás? ¡Lo mismo, lo exterior, nunca lo interior, salvo que seas cirujano!. Miras alrededor y, si para mejorar la perspectiva vuelas en avión, abarcas una extensión de unos pocos kilómetros de diámetro, que no son nada comparados con la superficie terrestre que no ves. Y si en la noche, ¿miras a ese firmamento que te sobrecoge? Según C. Sagan , en un cielo completamente despejado puedes ver unas 8000 estrellas, que no son nada comparadas con las infinitas miríadas que no ves. Más; según el citado científico, los cuerpos celestes son más que todos los granos de arena de todas las bellísimas playas de la tierra. ¿Te puedes imaginar cuántas? ¡Claro que no! Y si observando el firmamento procuras orientarte localizando a una estrella familiar, la Polar, que señala el actual polo magnético terrestre, ¿crees que la 558 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 481-566, ISSN: 0470-3790

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