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FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS turas causales, ni puede tampoco ser adecuadamente descrito como “azar”. Una y otra vez encontramos en Pau li el intento de romper los senderos usuales del pensamiento, a fin de acercarse por nuevos caminos a la comprensión de la estructura unitaria del mundo (217. 224-225. 227). Sir A. Eddington (1882-1944) resuelve así el conflicto (entre la ciencia y la religión) diciendo que no desaparecerá hasta que ambas partes se confinen a sí mismas cada una dentro de su propio campo; todo cuanto pueda facilitarnos una mejor comprensión de sus fron­ teras contribuiría a consolidar el estado de paz entre los eventuales contendientes. Pero quedan todavía muchas oportunidades de con­ flictos fronterizos. La ciencia y la teología pueden cometer los errores que quieran, con tal de que los cometan en su p rop io territorio , si se mantiene cada una dentro de sus límites no hay lugar a conflicto alguno. Pero para impedir que surjan y crezcan tales conflictos, será necesario trazar con todo cuidado la línea fronteriza. Aunque la ciencia física, al limitar su propio ámbito, nos haya dejado un trasfondo que somos libres de, o estamos incluso invita­ dos a, llenar con una realidad de carácter espiritual, seguimos tenien­ do que enfrentar todavía la más ardua crítica de parte de la ciencia: “A h í te dejo tu c am p o -n o s d ice la c ien c ia - libre d e interferencias p o r mi parte. Me consta qu e pu ed es a c c ed e r a él d e algún m odo a través d e tu con cien cia o p rop io conocim ien to, d e m odo qu e no es necesario un cam p o a b o c a d o a un p u r o agnosticism o...” (290-291.193). Digamos, a m odo d e síntesis , que en su caminar por la mística los físicos que han desfilado ante nosotros hablan de la verdad qu e h ab ita en las p ro fu n d id ad es ” de que “la religión no nos ofrece nor­ mas, sino ideales orien tadores a los qu e se refiere la B iblia cu an d o d ice qu e “Dios es espíritu”{Heisenberg ) . Ante el Uno, del que todos formamos parte de algún modo y que llamamos Dios, la ciencia se abstiene. Nuestra pertenencia al mundo debe explicarse como con­ secuencia del origen común: “La Madre Tierra qu e nos engendra c a d a d í a ”(Schrödinger). El tercer nivel de la experiencia religiosa es el sentimiento cósmico religioso.... “El sentim iento cósm ico religioso constituye la más fu erte y noble motivación d e la investigación cien ­ tífica ”. “P ara mí, la p erson a religiosa se define p o r las características 552 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 481-566, ISSN: 0470-3790

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