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LA REALIDAD SUPREMA En el cristianismo va desarrollándose a lo largo del año eclesiástico. Pero quien vea la vida de Jesús tan sólo como una representación de los misterios, va tan descaminado como quien considera únicamente las reminiscencias históricas. Historia y mito fo rm a n un conjunto. La liturgia se convierte en la representación de la función cósmica de los misterios. Lo que se representa es el ir y venir de la Vida Divina en la multiplicidad de las formas. La evolución es el espectáculo del despliegue de lo divino. La religión y la revelación únicamente podrán ser reanimadas siguiendo el camino del esoterismo u ocultismo. En un camino eso­ térico, la persona intenta abrirse a la “potencia interior”, a la “instan­ cia inmanente”, a la “R ealid ad ú ltim a ”, al “ Vacío-Pleno ”, mediante una experiencia interior directa. La teología la llama gracia y nos po­ demos preparar para recibirla. La importancia de un guía espiritual estriba en el hecho de preparar a la persona para los efectos de la gracia, ayudarle a quitar obstáculos para que experimente lo Divino y permita su desarrollo desde lo más hondo. En el esoterismo, la salvación es la experiencia de esa Realidad íntima. El esoterismo no conoce ningún redentor que brinde la salvación a base a súplicas y sacrificios. Salvación existe siempre. Tan sólo podemos abrirnos a esa potencia redentora y dejarnos ayudar por otros. En el fondo, las revelaciones resultan de experiencias íntimas que suelen llevar, sin excepción, el sello de la cultura a la que per­ tenecen los “visionarios”. La religión aún no se ha liberado suficien­ temente de esas imágenes arcaicas de Dios, con las que revistieron sus experiencias los profetas y visionarios, ni tampoco ha tratado de sacar con claridad el mensaje encerrado en las revelaciones. Porque, entre los teólogos, a unos les resulta fuera de toda duda, de forma que ni se les ocurre ponerlo en entredicho, mientras que otros están más o menos conscientes de que su idea de Dios tendría que sufrir una conmoción enorme si pasaran a estudiar en serio el proceso de la revelación. El esoterismo entiende por revelación una experiencia ausente de estructuras en lo hondo de la conciencia, o sea, en el ámbito de la mente transpersonal que, al verterse en el ámbito personal, se concreta en formas, imágenes, símbolos y figuras que surgen desde NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 481-566, ISSN: 0470-3790 531

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