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FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS El Vacío-Pleno solamente se da antes de la S ingu laridad pri­ mera o antes de la manifestación de Dios en su Palabra. El vacío es la etapa anterior a toda materialización. Somos conscientes de la imperfección del lenguaje utilizado, porque antes de Vacío-Pleno no hay etapa alguna posible. Antes del Vacío pleno se encuentra únicamente el llamado Muro d e Planck. Ése es el Vacío-Pleno. Y la plenitud del Vacío comienza a manifestarse en la polarización a la que nos hemos referido. El Ser de Dios es uno. En lo que denomi­ namos creación, lo Uno se divide en un número ilimitado de formas diferentes que siguen estando relacionadas entre sí, a la vez que son la expresión individualizada de la totalidad. Al principio está el Uno. Es lo santo, lo sano, lo no dividido. Con la aparición del género humano comenzó la tragedia del aislamiento, dolor básico del ser humano; ese dolor de la separación no tendrá fin hasta que el ser humano no haya vuelto al Uno. d ) Cómo es Dios o La R ealidad Suprema. El hombre siempre ha tenido tendencia a pensar en la Divinidad de forma antropomórfica, recurriendo a parámetros humanos. La D ivin idad es Todopoderosa , como un rey o un emperador, por ejem­ plo, ¡pero mucho más! La D ivin idad es am oro sa , como una mamá lo es con su bebé, ¡pero mucho más! Y así va atribuyendo a la Divini­ dad todas las propias cualidades que estima positivas -ya lo hemos afirmado más arriba- aunque sublimándolas. Nunca piensa que pue­ de ser otra cosa sino un s í mismo p erfecto , y eso es una barbaridad. Este modo de imaginar a Dios es lo que hemos llamado más arriba la “herejía del literalismo” o el “antropomorfismo”. Lo que podemos afirmar de modo absoluto es que Dios no es así. Podemos decir muchas cosas que no es. Y también algo incues­ tionablemente positivo: que ES , no nos cabe la menor duda. No sólo me lo afirma la fe, sino también mi razón, p o rqu e no p u ed e existir efecto sin causa. Y este efecto , que denominamos Universo -aunque los más destacados científicos siguen sin tener ni idea de cómo es, plano o curvo, limitado o ilimitado, único o uno entre otros posi­ bles universos pluridimensionales-, tiene que tener su cau sa , que 506 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 481-566, ISSN: 0470-3790