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FELIPE FERNÁNDEZ RAMOS alejadas, velocidades de escape próximas a los quince millones de Km. por minuto. 7 . D erivaciones de L a M isión d e J esús ( desarrollada en el pun to 6 q) a ) La R ealid ad Suprema se d io a con o cer Para comprender la salida de Dios de sí mismo en la creación, hemos establecido una distancia infinita entre una realidad y la otra. (Más abajo volveremos sobre este punto). Estamos acostumbrados a entender la revelación de Dios (la revelación de la Realidad Su­ prema) como algo que nos fue contado. Dios hizo que un profeta experimentara algo, éste lo vertió en palabras y lo anunció a los demás. Esto es lo que creemos también del hombre Jesús. Pero tanto la mística de Oriente como la de Occidente entienden por revelación Experiencia. Lo divino se le revela al ser humano de forma mucho más inten­ sa directamente en la realización del instante. Allí es donde encontra­ rá la auténtica presencia de Dios. Única y exclusivamente allí puede h a c e r la vivencia d e Dios. Mediante la razón solamente p u ed e sab er d e Dios. De ese Dios, Eckhart dice: “Cuando p a s e el pensam ien to, también p a s a r á D ios”. Cuando la rama se percibe como rama con las demás ramas de su entorno y cuando oye hablar del tronco y de la raíz, se experimenta, en sentido figurado, en su conciencia del yo. Pero si se experimenta desde el interior, lo hará como árbol. Enton­ ces hace la vivencia de lo que es realmente. b) In su ficien cia del conocim ien to especulativo Lo mismo se pude aplicar al género humano. Mientras conozca a Dios por la razón tendrá un saber muy pobre. Pero cuando haga la experiencia desde el interior, cu an d o ca ig a en la cuen ta d e la Realidad, tendrá una experiencia íntegra 16. Esta experiencia íntima 16 F. FERNÁNDEZ RAMOS, Dios es amor, en Amor de Dios y Amor a Dios, Salamanca, Publicaciones UPSA, 2000, 77-82. 502 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 481-566, ISSN: 0470-3790

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