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ANTONIO LLAMAS visible a tutti (vangeli) il Signore glorificato si mostrerà di nuovo ai suoi quando alla fed e subentrerà la visione (Apocalisse)1^2. El acto de adoración es el reconocimiento y la presencia de Dios. La acción de adorar no es una humillación del hombre sino la fidelidad del hombre a Dios. El hombre al adorar se reconoce como tal y Dios acepta el reconocimiento del culto humano. CONCLUSIÓN Una vez que hemos desarrollado este ensayo acerca el triunfo del Cordero en el libro del Apocalipsis, nos parece importante indicar el alcance teológico de la glorificación del Cordero, en la perícopa que hemos estudiado (Ap5, 6-14). El autor del libro del Apocalipsis realiza una serie de procedi­ mientos derásicos en la perícopa analizada (Ap 5, 6-14) que ahora es conveniente sintetizar. En primer lugar, el simbolismo es una constante en el libro de Apocalipsis. El autor tiene como fuente de inspiración la visión del anciano y del Hijo del hombre (Dan 7), para presentar la imagen de la glorificación del Cordero y ha actualizado el símbolo del trono de Dios y la presencia del Cordero en medio del trono (Ap 5, 6-14), dándoles unas connotaciones nuevas. En segundo lugar, el Cordero en nuestro libro actúa como una fi­ gura humana, conlleva los rasgos de la pasión-glorificación y al mismo tiempo es Señor del universo. Por eso, la creación le adora. El Cordero es el modelo a seguir por los cristianos, para que contemplen en el acontecer de cada día la imagen de Dios que opera la salvación. El Apocalipsis ha hecho un amplio uso de la simbólica del libro de Daniel. En la visión del Cordero sacrificado (c. 5) que recibe el sello sellado de Dios que se sienta en el trono , tenemos una lectura derásica de Dan 7, en que el “Hijo del hombre”se interpreta como el “Cordero sacrificado”. Se trata de una actualización riquísima con una triple 152 H. GREEVEN, GLNT XI, col. 399. 478 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 427-480, ISSN: 0470-3790

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