PS_NyG_2009v056n003p0427_0480

ANTONIO LLAMAS ico KaOipivc*) érrl tcp Gpóvco Kal ico á p v ico f) ÉÜ^ oyía Kal r\ Kal f] óó£a Kal tó Kpátog Al que está sentado en el trono y al Cordero, la alabanza, el honor, la gloria y elpoder. Lo que hemos afirmado en este estudio se realiza al final en Dios, pero también en el Cordero al que se le rinde una liturgia universal, pro parte de todo lo creado. La creación que llegó a ser por la Palabra, se cumple ahora en el Cordero divino, Jesucristo, Palabra viva de Dios, para todos. Por ello, el autor del Apocalipsis concede al Cordero los atributos que aplica a Dios147. La alabanza (f) euXoyia). El Cordero recibe de la nueva comu­ nidad de los salvados culto y adoración, porque está sentado en el mismo nivel del que se sienta en el trono, junto a los vivientes y los veinticuatro ancianos. El honor (y\ ii|if|). El Cordero recibe el Señorío del honor por ser “Señor de Señores y Rey de Reyes” (Ap 17, 14) y en virtud de haber adquirido para Dios, con su sangre, hombres de toda raza, pueblo y nación (Ap 5, 9). La gloria (r) 5ó£o0. El Cordero ocupa un lugar en la esfera de la divinidad junto a Dios. El Cordero está en el ámbito de Dios y se sitúa por encima del hombre y el mal se somete a Él. El poder (tó Kpátoc;). El Cordero es omnipotente por ser redentor, de la misma manera que Dios es topoderoso porque es Creador148. El autor concede al Cordero en esta doxología, otro rasgo de la divinidad tal como se atribuía a Dios en la doxología anterior: por los siglos de los siglos (ele; touq aiüvac, tgov cdcói/ow) tal como aparece en el capítulo anterior (Ap 4, 11)U9. El autor subraya de esta manera la eternidad del Cordero realzando así su condición divina. 147 Cf. Ib. 148 Ib. 149 La frase elq xouc; alcovag züv alcói/cav se repite en nuestro libro catorce veces. De ellas solamente se predica dos veces del Cordero (Ap 1, 18; 5, 13)- Las demás se predican de Dios, exceptuando tres veces referidas al humo del tormento (Ap 14, 11; 19, 3), y una vez que se le aplica al diablo (Ap 20, 10). 476 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 427-480, ISSN: 0470-3790