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EL TRIUNFO DEL CORDERO EN EL APOCALIPSIS expresión es propia del estilo joánico142. Hay influencias del libro de Daniel (Dn 7, 10) y de algunos libros apócrifos (1 d e H enoc 11, 1; 9, 1; 71, 8). Así lo confirman otros autores143. ‘‘Miles d e m illares le servían, m iríadas d e m iríadas estaban d e p ie d elan te d e é l” (D an 7, 10), se refiere al anciano en el libro de Daniel; mientras que “miríadas de miríadas y millares de millares” se refiere tanto a Dios como al Cordero (Ap 5, 11). Esta multiaid de ángeles son los que cantan al Cordero. El autor del Apocalipsis manifiesta median­ te el simbolismo aritmético a esta multitud incontable. Toda esa mu­ chedumbre que no se puede contar, realizan una proclamación que es una acción continua señalada por el participio de presente d icien do (AiyovTec;). Junto a la plenitud que manifiesta en si misma esa incontable multitud, expresada en miles de millares, miríadas de miríadas que están de pie ante el Cordero. La multitud está de pie para manifestar la vida eterna del Cordero, que está de pie y tiene aún los estigmas de la Pasión (Ap 5, 6). Pero en nuestro caso, es decir, en el Apocalipsis, el autor ha realizado una actualización, porque si los miles de millares y las miríadas de miríadas están delante del Anciano de Dios (Dn 7, 10), ahora, esos mismos seres son los que proclaman las cualidades atribuidas al Cordero, como signo de su divinidad. La voz de los ángeles repite la dignidad del Cordero degollado (Ap 5, 9-10). El autor describe así la divinidad de Cristo como Cordero redentor. El Cordero recibe siete atributos (poder, riqueza, sabiduría, fuerza, honor, gloria y alabanza) introducidos sólo por el artículo al inicio. Estos siete elementos expresos indican una totalidad compacta. Pero observándolos de cerca, contemplamos como los cuatro prime­ ros derivan claramente de Dios, mientras los tres últimos derivan de las criaturas, ángeles y hombres144. 142 S. BARTINA, Apocalipsis de SanJuan, 663. 143 Cf. R. H. CHARLES, The Revelation of St. John. Voi. I, Edinburgh, T. & T. Clark, 1975-1976,148-149. 144 U. VANNI, Apocalisse, Roma, 1992-1993, 67: “I sette elementi espressi indicano una totalità compatta. Ma, guardandoli più da vicino, i primi quattro derivano chiaramente da Dio, mentre gli ultimi tre derivano dalle creature, angeli e NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 427-480, ISSN: 0470-3790 473

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