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EL TRIUNFO DEL CORDERO EN EL APOCALIPSIS derroca definitivamente toda la negatividad y toda la maldad, con su muerte liberadora. Al Cordero se le aplican los atributos divinos por­ que asume una función semejante a la del mismo Dios. Los efectos de esta victoria son el cumplimiento de las promesas de la Alianza que comprenden el tiempo presente y el futuro. El sacrificio del Cordero es el signo indeleble de su Pasión, de nuevo el autor realza el valor sacrificial de Cristo que como Cordero ofrece su vida como ofrenda y oblación por todos los hombres. La imagen sugestiva del Cordero llevado al matadero del profeta (Is 53, 7), encuentra un eco en esta doxología que la corte celestial tributa a la dignidad del Cordero. El significado de esta acción tiene en el primiti­ vo cristianismo un valor supremo, porque en Cristo todos los cristianos reconocen su rescate del mal y los hace partícipes de la obra de la sal­ vación. El sacrificio de Cristo ha servido de modelo para ejemplificar la fidelidad de los creyentes en una época de persecución. La sangre del Cordero es el subrayado que presenta el autor en el Cordero degollado para realzar no sólo su aspecto regio de la dignidad mesiánica sino su carácter sacrificial139. También los ángeles que sirven junto al trono de Dios alaban al Cordero. Estos seres celestes deben culto al Cordero que se convierte junto al mismo Dios en objeto de adoración. El Cordero por su sangre redime, libera y salva. Los ángeles también han percibido la realidad y las funciones salvíficas del Cordero. Ellos que le alaban, también de­ ben ensalzarlo y glorificarlo. La gloria del Cordero se debe a su obra y ésta constituye una verdadera alabanza de aquellos que están siempre en su presencia. 139 A. GRILLMEIER, Cristo en la tradición cristiana , Salamanca, Sígueme, 1997, 82. NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 427-480, ISSN: 0470-3790 471

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