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ANTONIO LLAMAS un comportamiento, sino una habilidad para actuar en un determinado momento. Para comprender mejor el alcance de la expresión “cántico nuevo” veamos algunas connotaciones del término en el Antiguo Tes­ tamento, donde se canta a YHWH un “cántico nuevo” ( Is 42, 10; Sal 98, 1; 3, 3; 149, 1; 40, 4; 149, 9). Cuando nos acercamos al abundante vocabulario que el Antiguo Testamento emplea como expresión de la relación del hombre, y sobre todo, del pueblo con YHWH, nos parece que Israel es un pueblo en continua fiesta. El canto es signo de alegría y celebración, de agradecimiento y bendición. Israel es un pueblo que ha sabido hacer de las manifestaciones de alegría en su vida ordinaria, donde tendría experiencia de cantos profanos, una transposición para su vida cúltica con YHWH118. Todos estos textos veterotestamentarios hablan del “cántico nue­ vo” y se entiende de un cántico en honor de YHWH. El cántico ahora es referido a Cristo, el Cordero en el libro de Apocalipsis. El Apocalip­ sis proclama de esta manera la alabanza a Cristo como Señor del uni­ verso. El “cántico nuevo” realza la divinidad del Cordero, y por tanto, de Cristo. Los autores de la Vieja Alianza alababan también a Dios. La alabanza ha sido elaborada mediante el procedimiento derás de cum­ plimiento. Todo ya se ha plenificado en Cristo. El es la novedad, lo antiguo llega ser nuevo. La técnica gezerah shawah de nuevo ha sido realizada por nuestro autor, para dar paso a una nueva actualización de la alabanza divina. El autor usa la expresión “cántico nuevo” como patrón literario y mediante el recurso a un lugar paralelo veterotes- tamentario que tiene conexión con otro pasaje en el Apocalipsis. El recurso a los lugares paralelos de la Vieja Alianza es una realidad que continuamente realiza el autor de nuestro libro. El Antiguo Testamento describe al pueblo de Dios como comuni­ dad litúrgica y cúltica. La comunidad expresa su alabanza y al mismo tiempo renueva su fe en la Alianza. Estas acciones alegraban al pueblo y entonaban un “cántico nuevo” al Señor de su historia y al Dios de sus padres. Los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos se postran delante del Cordero y expresan la divinidad de Cristo con la entona- 118 P. J. ALONSO MERINO, El cántico nuevo , 16-133. 464 NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 427-480, ISSN: 0470-3790

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