PS_NyG_2009v056n003p0427_0480

EL TRIUNFO DEL CORDERO EN EL APOCALIPSIS “Finalmente los siete ojos, se refieren a los siete espíritus de Dios, es decir, significa que reside el Espíritu Santo, glorioso por sus siete clases de dones, en nuestro SeñorJesucristo ” 83. En virtud de estas características otorgadas al Cordero, éste, está capacitado para realizar algunas acciones propias de su señorío y so­ beranía, a saber, tomar el libro de la vida de la mano de Dios y poder interpretarlo abriendo cada uno de sus sellos. La intervención del Cordero está iluminada por su poder y divini­ dad. De suyo, el Cordero puede tomar el libro y descifrar los destinos de la historia, porque Él mismo es el vencedor del mal. La victoria definitiva se anticipa aquí porque su misma vitalidad le impulsa con la energía de su fortaleza (cuernos) y la ciencia de su mirada (ojos), a un dominio pleno de la historia donde los creyentes se ven envueltos. El Cordero es una imagen que contiene tres significados precisos que realzan su figura y se relacionan entre sí. El Cordero del Apocalip­ sis tiene una analogía con el cordero del sacrificio tal cual se practicaba en el antiguo Israel mañana y tarde en el templo (Ex 29 , 38 -42 ). El Cordero también es una referencia al cordero pascual (Ex 12, 1-27; Lv 23, 5 -6 ; Dt 16, 1-7). El punto de contacto de estos pasajes es el cordero degollado. En tercer lugar, el Cordero es el Siervo de YHWH muerto y resucitado, cuyos días se prolongan (Is 53, 7; 53, 10b) 84. Por eso, el autor de Apocalipsis atribuye al Cordero un carácter sacrificial que tiene relación con el Cordero pascual y la escatología85. La fuerza y la 83 A. DEL CAMPO HERNÁNDEZ, Comentario al Apocalipsis de Apríngio de Beja, Estella (Navarra), Verbo Divino, 1991, 165. 84 J. COMBLIN, Cristo en el Apocalipsis, Barcelona, Herder, 1969, 56; L. CER- FAUX / J. CAMBIER, El Apocalipsis de San Juan leído a los cristianos, Madrid, Fax, 1972, 52. 85 W. BOSSUET, Die Offenbarung Johannes, Gottigen, Vandenhoeck & Ruprecht, 1906, 257; E. B. ALLO, L’ Apocalypse de Saint Jean, Paris, Gabalda, 1921, 77; E. LOHMEYER, Die Offenbarung des Johannes, Tubingen, Mohr, 1953, 51; J. BONSIRVEN, LApocalypse de Saint Jean, Paris, Beauchesne, 1951, 143; T. HOHN- JEC, Das Lamm, to arnioñ in der Offenbarung des Johannes , Roma, Pontificia Univ. Gregoriana, 1980, 23s. El autor se pregunta por el influjo del rito practicado en algu­ nos pasajes del Antiguo Testamento (Ex 29, 38-42; Nm 28, 3-8); CH. BRÜTSCH, La Clarté de i Apocalypse., Genève, Labor & Fides, 1966, 110; D. MOLLAT, Cristología NAT. GRACIA LVI 3/septiembre-diciembre, 2009, 427-480, ISSN: 0470-3790 455

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz