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MANUEL LÁZARO PULIDO na y la razón eterna”49; la verdad eterna ilumina la mente corrigien­ do cualquier posible error de su contingencia. El alma, imagen de Dios, apunta a las razones eternas más que a las temporales, conti­ núa diciendo más tarde, de modo que es capaz de conocer a Dios, si bien no completamente sino in aenigmate , de forma parcial. Dios aparece al alma como motor de las razones eternas y, por lo tanto, no se presenta como una idea a la mente, sino que aparece como el ser que ilumina nuestro conocimiento sobre la existencia divina. Concluye Bougerol, comentando a san Buenaventura, que la opera­ ción del método reductivo complementa la iluminación agustiniana como hermenéutica de la inteligencia anselmiana: “Dès lors, Vaction motrice et régulatrice qu ’exerce Dieu dans notre intelligence supérieur pour nous permettre d ’atteindre à l’idée d ’être que le représente, Dieu no l ’exercepas en tant qu ’idée, mais bien en tant qu’être. La formule anselmienne devient donc: Dieu est, car il est dans l’âme. En passant de l’implicite à l’explicite, l ’âme conçoit Dieu existant ”50. Dios no es una intuición intelectual, sino que es el fruto de la iluminación, de una cointuición que hace que en la fe seamos capaces de alcanzar la creencia. Y esto no es irracional, ni a-rracional, sino que supone el fruto de una forma de entender la racionalidad desde la inefabilidad. Efectivamente, si Dios es un misterio inefable, tal como subraya san Anselmo, creemos que existe un ser tal que es imposible pensar nada mayor que él es, podemos tener la intuición lógica de la idea del ser; pero si el misterio pudiera ser penetrado, tal como entiende san Buenaventura, entonces la claridad sería aún mayor, no cabría intuición del misterio, sino penetración del mismo, cointuición del misterio de Dios Trinitario. Ello requiere una metafísica apoyada en un tipo de lógica, de semántica diferente a la propia de las palabras de la dialéctica y la idea; una semántica asentada en el simbolismo de una analogía expresiva, y ello sólo es posible desde una nueva 49 De scientia Christi, q. IV, ad. 17: “Sed quod est supra mentes riostras non est nisi Deus et veritas aeterna: ergo illud quo est cognitio est divina veritas et ratio sempiterna”. 50 J. -G. B ougerol , Introduction a l ’étude..., 75. 378 NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 351-385, ISSN: 0470-3790

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