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MANUEL LÁZARO PULIDO sino que con ellas tenemos también las razones venidas de fuera. En el estado de viador y en el estado de la patria celestial se requiere no sólo la presencia de la luz eterna, sino también la influencia de la luz eterna [...] Ypara experimentarlo vale más el silencio interior que la palabra exterior. Por eso debemos poner aquífin a nuestras palabras y pedir al Señor que nos conceda experimentar lo que decimos ” 45. La experiencia interior, la afección del alma se hace necesaria en la especulación sobre el misterio de Dios, complementa el cono cimiento divino. El Seráfico desde esta riqueza del modo de utilizar el entendimiento humano, su alma en camino hacia Dios, perfeccio na el argumento anselmiano no sólo completando el armazón dia léctico, sino realizando una profundización del protagonismo de la affectio en el conocimiento de Dios y discerniendo en ello el valor del contexto antropológico en la teología de la imagen. Como hemos visto anteriormente el santo franciscano desarrolla en las Quaestiones disputatae de mysterio Trinitatis el argumento anselmiano partien do del conocimiento, toda vez que inaugura su escrito recordando y afirmando la certeza de la existencia divina como una cuestión indu dable (q .l, a.l). Tres vías o procedimientos utiliza el Seráfico para la demostración: “La primera es esta: toda verdad impresa en todas las mentes es verdad indudable. — La Segunda es esta: toda verdad que proclama toda criatura, es verdad indudable. — La tercera es esta: toda verdad certísima y evidentísima en sí misma, es verdad indudable ” 46. 45 De scientia Christi, q. 7, epil.: “hae autem similitudines sive rationes aeter- nae sunt, a quibus manat omnis certitudo cognitionis creatae, tam in anima Christi quam in aliis spiritibus creatis; nec ipsae solae sunt rationes cognoscendi, se cum his etiam similitudines acceptae ab extra; secundum statum viae et secundum statum patriae non solum requiritur lucis aeternae praesentia [.. .J ad cuius experientiam plus valet internum silentium quam exterius verbum. Et ideo hic finís verbi haben- dus est, et orandus Dominus, ut experiri donet quod loquimuf ’. 46 Myst Trin., q.l, a.l: “ Quaeritur ergo primo, utrum Deum esse sit verum indubitabile?Et quod sic, ostenditur tríplice vía. Prima est ista: omne verum ómnibus mentibus impressum est verum indubitabile — Secunda est ista: omne verum, quod omnis creatura proclamat, est verum indubitaible. — Tertia est ista: omne verum in se ipso certissimum et evidentissumum est verum indubitabile ” . 376 NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 351-385, ISSN: 0470-3790
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