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MANUEL LÁZARO PULIDO más evidente en aquellos escritos en los que los que esté liberados de los corsés académicos. Conocer a Dios es asunto privilegiado del especular anselmiano, intuir a Dios -que es en su misterio- es asunto en el que san Buena ventura quiere también entrar: traspasar las limitaciones del racioci nio. Y estos límites no son una cosa de san Buenaventura, el mismo monje benedictino reconocía la limitación de su pesquisa filosófica. Incluso cuando la mística, la afección, viene al auxilio de la filosofía o la especulación racional, esta viene previa impulsando el reflexio nar, pero al no completar el camino no puede acceder más allá de lo inefable. El Monologium arroja, sin duda, luz sobre esta cuestión. Se parte en el camino al acceso de lo divino de una inquietante verdad ansel- miana: se sabe, a través de “razones necesarias” que Dios es, pero no cómo es35. La clave la vemos en el capítulo 65, donde el monje benedictino nos relata el modo en que la inefabilidad de Dios, que nos mueve a la mística, entendida como camino hacia lo oculto, sin embargo es accesible por el ejercicio de la afección, en cuanto que el hombre es imagen y semejanza y las cosas creadas sirven de espejo, y es de esta forma que lo que es alejado de nosotros se hace accesible; y así, efec tivamente, nos cuestionamos sobre la interpretación racional de las conclusiones que puedan hablar de Dios, su ser y esencia: “porque muchas veces decimos cosas que no expresamos con plena exactitud y propiedad y tal cual ellas son, sino como con un velo, como cuando hablamos por enigma. Ymuchas veces vemos algo no como es en sí, sino como nos lo representa su imagen o semejanza, como sucede cuando vemos los rasgos de alguien en un espejo. Así decimos y no decimos la cosa, vemos y no vemos el mismo objeto. Deci- 35 S. ANSELMO, Monologium , c. 64, I, 324: “ Videtur mihi huius tam sublimis rei secretum transcendere omnem intellectus aciem humani [...] quamvis sic intel- lectu penetrarí non possint, ut et verbis valeant explicari, nullatenus tamen certudi- nis eorum nutat soliditas. Nam si superior consideratio rationabiliter comprebendit incomprensibile esse, quomodo eadem summa sapientia sciat ea quae fecit, de qui- bus tam multa nos scire necesse esf. 370 NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 351-385, ISSN: 0470-3790
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