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MANUEL LÁZARO PULIDO “Comprendre Dieu (pour autant que cela soit possible), c ’est ou ce serait s ’élever à lui, participer de sa plénitude et même anticiper sur la «vision béatifique» que la fo i promet aux élus. Certains commenta­ teurs (Karl Bath, Michel Corbin) insistent sur le caractère plus théo­ logique que philosophique, voir même plus spirituel que théologique, de l ’argument d ’Anselme. Mais il est permis de no par tout à faire les suivre, tant ledit argument contient de substance théorique : à certains égards, cet argument peut être détaché de la fo i chrétienne qui, chez Augustin, lui le sert de prémisse : on remarquera en effet qu ’une défini­ tion de Dieu formellement trèsproche de celle d Anselme est donné par Sénèque, hors de tout contexte chrétien donc : «Qu’est-est ce que Dieu ? [...] sa grandeur [est] telle que rien de plus grand ne peut être pensé, qua nulla majus cogitari poteste IIy a, pour ainsi dire, une plausibilité philosophique immédiate de la définition anselmienne de Dieu ... ”26. San Buenaventura conviene en ver la carga racional, con todas sus consecuencias, de lo propuesto por san Anseimo. No podrá sus­ traerse tampoco a esta búsqueda de Dios a partir de la argumentación a priori de Dios. Pero no se centra tanto en el paso de la evidencia en el pensar al existir, como de la presencia a la existencia. Dios es “el que es” presencia en el hombre y de ahí nace su existencia. Eso supone un paso mayor, que superará el argumento anselmiano de la demostración de Dios en el Proslogion. Al retomar san Buenaven­ tura el argumento ontologico muestra tanto el respeto y admiración que tiene al pensamiento anselmiano como la necesidad de ampliar el campo de búsqueda conocimiento divino. La cognoscibilitate Dei en san Buenaventura se centra en las condiciones de posibilidad de la existencia ya demostrada de Dios. La vía ontologica es la tercera posibilidad tras dos vías a posteriori : una vía nace del interior del ser humano (prueba psicológica) y otra vía es externa (prueba física). Es­ tas dos vías previas a la vía a posteriori (ontologica) presentan a Dios no como un concepto evidente, sino como una presencia evidente. Y es desde la presencia que podremos hablar -a eso le dedicamos el siguiente apartado- de la racionalidad bonaventuriana como posibili­ dad de penetración del Misterio. Así el argumento llamado ontologico 26 B. SÈVE, La question philosophique de l ’existence de Dieu , Paris, PUF, 1994, 18. La cita de Séneca, Questions naturelles , I, Préface, 13, 7 ss. 366 NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 351-385, ISSN: 0470-3790

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