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COINTUIR “LO INACCESIBLE” EN SAN BUENAVENTURA que las pruebas clásicas que expone el obispo de Canterbury supo­ nen dos principios: 1I o, las cosas son desiguales en perfección ; 2 o, todo lo qu e p o see una perfección en m ayor o m enor grado, la p o see p o rqu e p articip a d e esa perfección , con sid erada d e fo rm a absolu ­ ta”20. Así, las perfecciones de la bondad, la causalidad y la escala de grados de perfección constituyen estas pruebas de la demostración de Dios en un contexto de argumentación a posteriori21. Partiendo de la evidencia teológica de la razón de la fe y el goce o delectación divi­ nas, olvida este plano para colocarnos en el plano de la razón natural y utilizar el pensamiento como un útil para la comprensión de Dios abierta a la dialéctica. Pero toda novedad, toda mirada nueva salva unas distancias y dificultades e incurre en sus propias limitaciones. En este caso las propias de la razón dialéctica, del límite de la compren­ sión racional, de la necesidad de la razón. Quizás aquí el problema re­ sida en que este “otro” modo de razonar se opere de forma separada, como muestra el hecho de que se trate de una prueba autosuficiente: Q'un a sola p ru eb a qu e no necesitase p a r a ser completa más qu e d e s í m ism a ”22). Lo que está claro es que nos encontramos con un argumento que señala la naturaleza racional-dialéctica del discurrir anselmiano, representando la expresión lógico-metafísica de un pensamiento au- toconsciente que busca superar las formas externas y los razonamien­ tos convencionales a los que acude en el Monologion, como venimos diciendo, así lo indica el monje benedictino desde el principio del Proslogion del que ya hemos señalado algunas líneas: “Después de haber presentado un opúsculo, cediendo a los ruegos de algunos hermanos, que pudiese servir de ejemplo de meditación de los misterios de la f e a un hombre que busca en silencio consigo mismo descubrir lo que ignora, me he dado cuenta que esta obra tenía el inconveniente de hacer necesario el encadenamiento de un 20 É. GILSON, La filosofía en la Edad Media. Desde los orígenes patrísticos hasta elfin del siglo XIV, Madrid, Gredos, 21989, 228. 21 Cf. S. ANSELMO, Monologium, c. 1-4, I, 192-203. 22 S. ANSELMO, Proslogion , Proem., I, 358-359: “unum argumentum, quod nullo alio ad seprobandum quam se solo indigeref. NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 351-385, ISSN: 0470-3790 363

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