PS_NyG_2009v056n002p0351_0385

MANUEL LÁZARO PULIDO filósofo que encuentra deleite en el encuentro racional con la verdad, el cristiano encuentra deleite en el encuentro con la Verdad, indepen­ dientemente de su encuentro racional. Este supone un “plus”, pero no es el elemento decisivo. Al contrario, el encuentro previo de la perso­ na en sí misma como delectación de la Verdad, supone el apriori de la búsqueda racional de Dios. San Anselmo así lo entiende, cuando se desea algo se busca y esa búsqueda es previa al razonamiento: sólo de desea buscar lo que se quiere, se transforma así el orden en el que se desea lo que se conoce racionalmente: “¿Qué hará, Señor omnipotente, este tu desterrado tan lejos? ¿Qué hará tu servidor, atormentado con el amor de tus perfecciones y arrojado lejos de tu presencia? Fatígase intentando verte, y tu rostro está muy lejos de él. Desea acercarse a ti, y tu morada es inaccesible. Arde en el deseo de encontrarte, e ignora dónde vives. No suspira más que por ti, y jamás ha visto tu rostro. Señor, tú eres mi Dios, tú eres mi maestro, y nunca te he visto. Tú me has creado y rescatado, tú me has concedido todos los bienes que poseo, y aún no te conozco [...] Yo te buscaré deseándote, te desearé buscándote, te encontraré amándote, te amaré encontrándote. Reconozco, Señor, y te doy gracias, que has creado en mí esta imagen para que me acuerde de ti, para que piense en ti, para que te ame"14. La utilización de la razón responde antropológicamente al de­ seo (fruí) del conocimiento divino, y supone la puesta en marcha del empleo de la facultad del entendimiento como herramienta (utí) para dicho fin. Siendo esto así, es necesario encontrar un método adecuado para poder aproximarnos al objeto último de la razón: a Dios. San Anselmo utilizará el método de las razones necesarias 14 S. ANSELMO, Proslogion, c.l., I, 362-363; 364-365: “Quid faciet Altissime Domine, quidfaciet iste tuus longinquus exul? Quidfaciet servus tuus anxius amore tui et lone propiectus a facie tua? Anhelat videre te et nimis abest illi facies tua. Accedere ad te desiderat, et inaccesibilis est habitatio tua. Invenire te cupit, et nescit locum tuum. Quarere te affectat, et ignorat vultum tuum. Domine, Deus mesu es, et nunquam te vidi. Tu me fecisti et refecisti, et omina mea bona tu mihi contulisti, et nondum novi Te [...] Doce me quaerere Te, et ostende Te quaerenti; quia nec quaerere Te desiderando, deiserem quaerendo, inveniam amando, amen inven- iendo. Fateor Domine, et gratias ago, quia creasti in me hanc imaginem tuam, ut Tui menor Te cogitem, Te amem ”. 360 NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 351-385, ISSN: 0470-3790

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz