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SAN ANSELMO: LA VERDAD COMO RECTITUD DE LA MIRADA vanas razones y que no acepten vivir en la oscuridad, “p o rqu e en otro tiempo fu isteis tinieblas, mas a h o ra sois luz en el Señor Vivid com o hijos d e la luz; pu es elfru to d e la luz consiste en toda bondad, ju sticia y v e rd ad ”15. Finalmente, mediante una metáfora muy conoci­ da, San Pablo les invita a convertirse en soldados de la fe, cuyas ar­ mas han de ser la justicia y la verdad. Así lo recomienda: “ Tomad las a rm a s d e Dios, p a r a qu e p o d á is resistir en el d ía malo, y después d e h a b e r vencido todo, m anteneros firm es. En pie, pues; ceñ id a vuestra cin tura con la Verdad y revestidos d e la ju sticia com o c o r a z a ’n6. Son también importantes dos pasajes del evangelio de Juan que ponen el acento en la rectitud de la verdad, más que en la de la jus­ ticia. Es una perspectiva que tendrá eco en San Agustín. El primero de estos textos manifiesta la relación de la verdad con la libertad, pues quien conoce la verdad adquiere mediante ella la libertad y supera la esclavitud del pecado. Y quien, como los judíos a los que se dirige Jesús, no escucha su palabra ni percibe la luz de su verdad es hijo del diablo, que “era un hom icida desde el princip io y no se mantuvo en la verdad, p o rqu e no h ay v erdad en éVA1. La rectitud de la verdad es la luz que ilumina a todo hombre que viene a este mundo, siempre que escuche la palabra que da vida y no se deje engañar por la mentira del engañador de las tinieblas. Y la verdad es luz, como podemos leer en el otro pasaje de Juan que señala esta idea, al decir: “Todo el qu e obra el m al ab o rrec e la luz y no va a la luz, p a r a qu e no sean cen su radas sus obras. Pero el qu e obra la ver­ dad, va a la lu z ”1*. Estos hermosos textos de la Escritura, en los que percibimos la asociación de la rectitud con la justicia y la verdad, anticipan la metáfora agustiniana de la iluminación de la mirada recta, que será la imagen definitiva de la verdad en San Anselmo. Por tanto, hemos de concluir que en estos textos sagrados se halla la primera fuente de su concepto de rectitud. 15 E f5 ; 8-9. 16 E f 6, 13-14. 17 Jn 8, 44. 18 Jn 3, 20-21. NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 325-350, ISSN: 0470-3790 331

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