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PABLO GARCÍA CASTILLO dioso del santo de Aosta, no cabe duda de que es éste el concepto esencial en la visión agustiniana de la verdad que hereda y ampli­ fica la obra de San Anselmo. Reconociendo la indudable contribución de esta monografía al estudio de la verdad del Doctor m agn ificus , pretendo, sin embargo, explorar en estas páginas los antecedentes filosóficos de la verdad como rectitud que, si bien encuentra en San Agustín su fuente más próxima, nació en los diálogos platónicos y llegó al obispo de Hipo- na a través de los comentarios neoplatónicos y, muy especialmente, a través de las páginas de las Enéadas. Pero, antes de presentar esos antecedentes filosóficos, creo necesario trazar la línea que llega desde las Escrituras y los Santos Padres, en especial San Gregorio Magno, hasta el mismo San Anselmo, lo que constituye la otra ver­ tiente del concepto de rectitud que proviene de la recta ratio fid ei. San Agustín es, por ello, el punto de intersección de ambos caminos, el filosófico y el teológico, que se entrecruzan en la propuesta meto­ dológica que pretende comprender la misma verdad que cree. Este método fue adoptado con rigor por San Anselmo, el cual considera que “la Sagrada Escritura nos invita con fr e cu en c ia a investigar las razones d e nuestra fe , y a l decirnos “qu e si no creyéramos no enten­ d e r e m o s n o s exhorta d e un m odo claro a p r o cu r a r esa inteligencia y a dirigir a ella nuestro esfuerzos’*1. Por tanto, hay un fundamento inconmovible de la recta verdad en la Escritura, en los Padres de la Iglesia y en los doctores, que se complacen en buscar las razones de nuestra creencia y permiten a nuestro corazón purificado por la fe contemplar la rectitud de la verdad. Y hay también un legado filosófico, que los platónicos han entregado a San Agustín, cuya mediación es decisiva para la com­ prensión de esta verdad, que es luz, iluminación y recta visión que aparta nuestros ojos y nuestra menta de las tinieblas. Ciertamente, como buen agustiniano, San Anselmo parte de la iluminación divina de la fe y en ella encuentra el apoyo de nuestra inteligencia, pero 2 SAN ANSELMO, Epístola de incarnatione Verbi, Dedicatoria. El texto de esta carta, que pretende rebatir al famoso nominalista Roscelino, puede consultarse en la edición bilingüe de San Anselmo, Obras completas , Madrid, BAC, 2008, 681-735. 326 NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 325-350, ISSN: 0470-3790

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