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LA PREDICACIÓN DE SAN LORENZO DE BRINDIS SOBRE SAN FRANCISCO DE ASÍS del mundo, por lo que dice: Yo te bendigo, te alabo y te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y las has revelado a lospequeños , es decir, estos misterios del reino de los cielos y de la salvación eterna: Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito (Mt 11,26). En esto Cristo muestra su caridad para con Dios y, luego, para con el mundo cuando dice: Venid a m í todos los que estáisfatigadosy sobrecargados, y yo os daré descanso (Mt 11,28). Se ve que Cristo, cual un Serafín, es todo ardiente de caridad. Y tiene seis alas, e. d. la perfección suma de las virtudes que se requieren para que el hombre sea perfecto en relación con Dios, para consigo mismo y para con el prójimo. De esta manera, en el Evange lio de hoy, Cristo se muestra perfecto en relación con Dios, dándole gracias y alabándolo por las obras tanto de la misericordia como de la justicia según el beneplácito de la divina voluntad. Igualmente reco noce los beneficios divinos: Todas las cosas me han sido dadas por mi Padre (Mt 11, 27)\ para consigo mismo; Porque soy manso y humilde de corazón (Mt 11, 29): manso en las cosas adversas y humilde en las prósperas. Y los comparte con los demás, sus prójimos, compadecién dolos en los males y deseándoles los bienes: Venid a m í todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso... y hallaréis descanso para vuestras almas. (Mt ll,28s). También Francisco es otro Serafín , que tiene seis alas a modo de cruz: Serafín, digo, todo ardiendo en caridad, pues por este ardor se transformó totalmente en Cristo. En aquellos Serafines se ve la doble caridad: hacia Dios, al que alaban constantemente diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor... de los ejércitos , y hacia el prójimo, pues uno de ellos purificó los labios del profeta Isaías con un carbón encendido. Así la caridad de Francisco fue grande para con Dios, por cuyo amor dejó todas las cosas y siguió a Cristo; grande para con el prójimo, pre dicando la penitencia con la vida y doctrina para la salvación de las almas e fundando una Orden religiosa. Francisco tuvo las seis alas de otras seis virtudes: fe, esperanza, justicia, prudencia, fortaleza y templanza. Poseyó la perfección de to das las virtudes que se requieren para que el hombre sea perfecto en relación con Dios, con el prójimo y consigo mismo. Para con Dios: religión y piedad: Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra. NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 273-300, ISSN: 0470-3790 279
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