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EL CICLO DE LA OBEDIENCIA y cuyo paradigma es el mandamiento del amor proclamado por Jesús: “ Este es el mandamiento mío , que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos’*1. Este principio, que está latente en la frase que estamos comentando de esta Adm, le sirve al santo para calificar a la obediencia como “perfecta”, pues el motivo encuadra perfecta­ mente en el postulado evangélico, porque lleva a entregar la vida por los hermanos, en un gesto semejante al de Jesús. La “ obediencia perfecta” entra, por tanto, en la dinámica del amor que no conoce límites, el mismo que le pide Francisco a su interlocutor en la Epís­ tola a un Ministro , en la que lo invita a amar a los que lo azotaren o persiguieren, sin desear siquiera que “sean mejores c r is tia n o s en este caso el santo habla de “verdadera obediencia” con el mismo alcance de la “perfecta’*®. Por la cuarta vez encontramos en la Adm el término “alma ”(v. 9) que en este caso equivale con toda evidencia a “vida” del texto joaneo que acabamos de citar. e) Conclusión (w. 10-11) 10Pues hay muchos religiosos que, so pretexto de que ven cosas mejores que las que mandan sus prelados miran atrás (cf Le 9,62) y toman al vómito de la voluntadpropia (cf. Pr 26,11; 2P 2,22); 11éstos son homicidas, y, a causa de sus malos ejemplos, hacen perderse a muchas almas. El comienzo de esta frase final, con la conjunción causal acla­ rativa “pues” ( enim ), anuncia desde ya que el autor quiere llegar al 87 Jn 15 , 12 - 13 . 88 “Te digo, como puedo, acerca del caso de tu alma, que aquellas cosas que te impiden amar al Señor Dios, y cualquiera que te hiciere impedimento, ya los her­ manos, ya otros, aun cuando te azotaren, debes tenerlo por gracia. Y así lo quieras y no otra cosa. Y esto tenlo por verdadera obediencia del Señor Dios y mía, porque séfirmemente que ésta es verdadera obediencia. Y ama a aquellos que te hacen esto. Y no quieras otra cosa de ellos, sino lo que el Señor te diere. Y ámalos en esto; y no quieras que sean mejores cristianos ” (EpMin 2 - 7 ). NAT. GRACIA LVI 2/mayo-agosto, 2009, 211-272, ISSN: 0470-3790 253

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