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QUERER DESDE LA LIBERTAD EN DUNS SCOTO Gociofrecio de Fuentes, Gil de Roma etc. por no hablar de los que inme­ diatamente le precedieron, como Enrique de Gante, Santo Tomás o San Buenaventura etc., podemos decir que, en ninguno de ellos, que yo sepa, se encuentra este modo de preguntarse. Esto no significa que no haya doctrina en ellos sobre el problema que Escoto discute. Pero les falta la precisión con la cual se pregunta Escoto sobre el tema, a saber: si el acto de la voluntad es causado por el objeto como moviente o es acto que se deba a la sola voluntad (= libertad) que se mueve a sí misma ” 95. Evidentemente, siguiendo al Estagirita, todo lo que se mueve es en virtud de algo que ya está en acto, en virtud de una realidad “inmóvil”. Y si eso es así, la volición precisa de un principio “inmó­ vil” que justifique su moverse en la acción. Duns Escoto ve en la libertad dicho fundamento y no en el entendimiento como raíz de la libertad. Siendo la libertad el principio último y radical del movi­ miento se relaciona al objeto desde su propio ser libre, es decir, “se autopone”: “nulla est causa nisi qiiia voluntas est voluntas”, afirma en la Ordinatio96. La libertad es diferente al entendimiento que necesita de la solicitud del objeto que demanda el concurso del intelecto. Manzano intenta explicar, en este momento, cómo la libertad se autodetermina. Para ello realiza un comentario de los momentos que realiza Escoto al afirmar que “Unde electionis est principium unde motus, quia voluntas est ejus principium, et ibi est primo prax is” 97. La libertad, en su ser libre, se pone ante elobjeto. El objeto no tira del principio de libertad, porque sinopodría sig­ nificar que la libertad tendría que actuar limitado por una demanda del objeto y en ello por necesidad. Pero la libertad es libre y se autodetermina. En este instante de la exposición se entiende el texto de Escoto que hemos señalado. La libertad se autodetermina en el momento mismo de elegir, de la elección, pues elegir implica en sí libertad. La libertad “es la razón suficiente (que no necesitante) de la realización eficiente de la volición” 9*. Por lo tanto, Manzano, señala 95 I. GUZMÁN, Las causas..., 455. 96 Ordinatio I d. 8, p. 2, q. un. N. 299 (Ed. Vaticana, IV, 325). 97 Lect. I (ed. Vives, XVI, 100). 98 I. GUZMÁN, Sobre la volición . .., 202. NAT. GUACIA LVI l/enero-abril, 2009, 105-158. ISSN: 0470-3790 149