PS_NyG_2009v056n001p0105_0158

QUERER DESDE LA LIBERTAD EN DUNS SCOTO cisco León Florido, desde la contextualización del pensamiento de Escoto expone muy claramente el reto que supone la apuesta por la potencia de Dios absoluta. .. en tiempos de Escoto aparece el cada vez más agudo contraste entre la libertad teológica que admite, al menos formalmente fgratia disputationisj, la pluralidad de las hipótesis, y la constricción que sufrían los filósofos naturales por su fidelidad a las convenciones aris­ totélicas. Así, de la doctrina de potentia Dei absoluta, se deduce que, si Dios puede, por su poder absoluto, crear una pluralidad de mundos, podría también, en cada uno de ellos, haber instituido un conjunto de reglas (regulaej diferente. Sobre esta base, alfilósofo natural le estaría permitido especular sobre una infinidad de modelos físicos alternati­ vos, protegido de la acusación de heterodoxia por la hipótesis teológica ortodoxa de que Dios, si así arbitrariamente lo hubiera querido, podría haber creado cualquier otro mundo super naturam creatam, aunque, por síi poder ordenado, haya creado el mundo actual que responde a la física aristotélica. De modo que, incluso, ciertas doctrinasfísicas de los philosophi podrían considerarse admisibles con la legitimidad que les otorgan los domini theologi, aunque fueran impensables desde elpunto de vista de la filosofía natural aristotélica (non ratione natura1U” 1. Es aquí donde nuestro autor recuerda la doctrina de los posi­ bles lógicos en Duns Escoto, que, por una parte, limitan cualquier atisbo de arbitrariedad que presenten a un Dios caprichoso; y, por otra, parte refuerzan con argumentos lógico-ontológicos la libertad divina, que sería realmente imperfecta sometida al capricho. Esta es la tesis que defenderá en el artículo, ya citado, que publicó en Natu­ raleza y Gracia sobre la libertad y la racionalidad en Duns Escoto'2. Nos recuerda como la potencia absoluta de la voluntad divina no implica ilimitación ni irracionalidad. Efectivamente, ya hemos dicho que la potencia absoluta de Dios tiene como primer momento de limitación el principio de no-contradicción, como explicita el pro- 41 F. LEÓN, La influencia..., 163. 42 A. PÉREZ-ESTÉVEZ, Libertad y racionalidad..., 123-139. NAT. GKACIA LVI 1/enercxibril. 2009, 105-158, ISSN: 0470-3790 125

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