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QUERER DESDE LA LIBERTAD EN DUNS SCOTO La libertad de Dios está libre de la imperfección de la con­ tingencia humana y por eso puede producir algo y querer no producirlo o no querer producirlo. El razonamiento deviene de la radical contingencia del ser creado. Si el universo está constituido de seres contingentes, esto implica que ellos pueden ser o no ser y que su forma de ser no está determinada por la necesidad. Ahora bien, la causa de esa contingencia que es evidente ha de tener un fundamento que no derive del necesitarismo. Es decir, no puede depender de causas segundas o creadas, ya que siendo contingentes derivarían de una causa ella también contingente, lo que resulta difí­ cil de asimilar. Pero, por otra parte, si nacen de una causa necesaria, deberían actuar necesariamente. La causa primera de un universo contingente ha de buscarse en Dios, evidentemente, pero desde un acto contingente y no necesario. Dios es causa contingente del universo radicalmente contingente y ello implica que es la voluntad divina en su forma lógica la que ha de causar el mundo contin­ gente y no el entendimiento que siempre opera bajo la tutela de la necesidad. El entendimiento conoce neutramente para presentar a la voluntad lo que quiera elegir, y lo hace así porque aún las cosas que han de ser producidas no existen y hasta que ello no suceda no puede ser entendido desde la verdad, es decir, como algo verda­ dero. Una vez esto realizado, producido, la negación de lo mismo es falsa. Y es así que “la contingencia del universo creado deriva de la libertad y de la ilimitada indeterm inación de la voluntad divina , la cual, es un mismo oppositomm), non potest voluntas divina babero, quia baec est imperfectionis et arguit mutabilitatem, voluntas autem divina non potest babere nisi unicam voli- tionem, et ideo única volitione potest velle opposita objecta, nam eius única volitio est praevalens ómnibus volitionibus creatis respecta diversorum , sicut eius única intellectio respectu omnium intellectonun creaturarum. Unde eius única volitio babet praevalentiam respectu omnium volitionum tendentium in diversa objecta, quia quaelibet nostra volitio limitata est ad suum objectum. Si igiturponitur aliqua una illimitata, quae est volitio divina, illa poteiit oppositomm objectorum esse. Est igitur libenas voluntatis divinae quod ipsa única volitione potest tendere in opposita objecta, et in infinitum liberíus quarn nos diversis volitionibus...” [Lectura I, dist. 39, q. 1-5, n. 53 (Ed. Vaticana, XVII, 496)]. NAT. GUACIA LVI 1/enero-abril. 2009, 105-158, ISSN: 0470-3790 119

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