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CONSTRUCCIÓN ARQUITECTÓNICA Y VIVIR HUMANO SEGÚN HEIDEGGER es el que habita. ¿Cuál es el ser del hombre? ¿Cuál su modo de ser sobre la tierra? Heidegger se ha preguntado por el ser del hombre desde el principio del camino de su pensar. La esencia y el lugar del hombre en la filosofía del último Heidegger hay que verlos en su idea fundamental de evento ( Ereignis ). En este evento originario acaecen cuatro realidades o dimensiones de la realidad: Mundo, tie rra, hombres y dioses. En este concepto hay una evolución; al final los cuatro son llamados: Cielo, tierra, mortales y divinos. Los cuatro forman la unidad del mundo. A esta unidad de los cuatro (vier) la llama Heidegger Geviert. El sentido de Geviert es la unidad y reunión de las cuatro realidades indicadas que componen el mundo. Según Heidegger, filosóficamente no es posible ir más allá de este evento originario para llegar a un fundamento absoluto que explique este acaecer. No es posible entrar aquí en una exposición detallada, ni en las cuestiones que plantea esta idea fundamental heideggeriana. Pero sí habrá que indicar algunos aspectos de la misma en relación con nuestro tema. El ser del hombre, su esencia, su habitar se dan en este contex to, dentro de estas coordenadas y en relación con estas realidades. El evento es acaecer ante todo de una apertura, de un lugar abierto (Da), una iluminación ( Lichtung ); esto indicaría el concepto de cielo en el evento. Pero el lugar abierto, lo desoculto o la iluminación no es nunca completa, sino que se da siempre en medio de una oculta ción; el lugar abierto es un claro en el bosque (este sería el sentido originario de Lichtung ), rodeado de la selva oscura y sin caminos. La ocultación u oscuridad que rodea al lugar abierto se representa con el término tierra. Los hombres también acaecen en el evento, dentro de la apertura y del flujo de ese acaecer temporal e histórico. El hombre es el lugar de la apertura, no hay apertura o iluminación si no hay hombre; pero la apertura no es propiedad suya, sino que él acaece dentro de la apertura. El hombre no sabe de dónde viene ni a dónde va, porque ese acaecer es destino ( Gescbick ), es envío C Schickung ) de otro. El hombre busca fundamentos y ha considera do como tales a los dioses o seres divinos, representados de múlti ples formas. Éstos han sido los sustitutos de un fundamento-abismo, ya que no hay fundamento más allá de la apertura del evento y que NAT. GRACIA LVI 1/enercKibril. 2009, 65-92. ISSN: 0470-3790 71
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